Cervantes en el parque de María Luisa de Sevilla *



Creo no exagerar si afirmo que, de entre todas las ciudades españolas y extranjeras, por supuesto Alcalá incluida, es Sevilla la que probablemente haya homenajeado más al autor del Quijote, al que no cabe duda que consideran como suyo... en lo cual aciertan, puesto que con independencia de patrias chicas los genios son de todos.




Dos vistas generales de la glorieta de Cervantes, en el parque de María Luisa
En su centro, el magnífico ejemplar de araucaria que le da sombra


Así, aunque ya he dedicado dos artículos a la presencia iconográfica de Cervantes en la capital andaluza, todavía me quedaba en el tintero algo tan importante como es el conjunto de azulejos -todo un programa cervantino- que se encuentra en el parque de María Luisa, situado junto a la plaza de España en la zona sur del casco antiguo. Este parque, al igual que la plaza, fue trazado con ocasión de la Exposición Iberoamericana de 1929, lo que quiere decir que cuenta con unos 80 años de existencia. Recuerdo, con ocasión de mi estancia allí hace unos años, que se trataba de un auténtico remanso de paz en mitad del bullicio sevillano, y supongo que en verano -yo estuve en invierno- constituirá un agradable refugio para escapar de la dura canícula hispalense.

Sin embargo, lo que me pasó desapercibido al visitarlo fue el rincón cervantino que acabo de citar, por lo que una vez más el mérito de este artículo hay que atribuírselo a mi buen amigo José García Merino, que desafiando los rigores estivales me envió las fotografías que lo ilustran. Como puede comprobarse se trata de una glorieta bautizada, como no, con el nombre de Cervantes, en torno a la cual se despliega todo un conjunto de azulejos que describiré a continuación.




Azulejos de uno de los cuatro bancos


La glorieta, vecina a otra dedicada al gran cervantista Rodríguez Marín, fue diseñada, según reza en el rótulo explicativo, por el arquitecto Aníbal González, el mismo que diseñó la cercana plaza de España, y se despliega en torno a un magnífico ejemplar de araucaria. Su perímetro está formado por cuatro bancos ochavados construidos en ladrillo cuyos asientos y respaldos están revestidos de azulejos que representan escenas del Quijote. Ninguno de estos azulejos tiene texto salvo el último de ellos en el que, aunque está muy deteriorado, se lee el epitafio con el que Cervantes concluye la novela:



YACE AQUÍ EL HIDALGO FUERTE,
QUE A TANTO ESTREMO LLEGÓ
DE VALIENTE, QUE SE ADVIERTE
QUE LA MUERTE NO TRIUNFÓ
DE SU VIDA CON SU MUERTE.
TUBO A TODO EL MUNDO EN POCO;
FUE EL ESPANTAJO Y EL COCO
DEL MUNDO, EN TAL COYUNTURA
QUE ACREDITÓ SU VENTURA
MORIR CUERDO Y VIVIR LOCO



Cara interna de los dos libreros


Otros elementos importantes son los dos libreros, parecidos a los existentes sobre los bancos de cada provincia en la plaza de España, que se alzan en las esquinas norte y sur del octógono. Por el lado interior, ambos muestran cuatro hileras de anaqueles -se supone que imitando una librería- en cuyos bordes figuran -aunque algunos se han perdido- sendos rótulos de las fechas más importantes de la biografía del autor del Quijote, empezando claro está por su nacimiento en Alcalá en 1.547. En la parte baja dos tarjetones reproducen textos manuscritos de Cervantes, con su firma incluida.




Caras laterales de los dos libreros


En ambos libreros las dos caras laterales están decoradas con motivos cervantinos. Empezando por el situado al norte, apreciamos sendos retratos de Cervantes, uno de cuerpo completo y el otro del busto. En el sur, por su parte, nos encontramos con dos escenas del Quijote, concretamente la aventura de los molinos y un episodio de difícil asignación en el cual el Caballero de la Triste Figura aparece montado en el rucio mientras Sancho Panza, a pie, sujeta las riendas. Los cuatro motivos tienen al pie el rótulo “Exposición Hispano Americana”, por la exposición de 1929 que motivó su construcción.




Cara trasera común para los dos libreros


Las dos caras exteriores o traseras de los libreros, por último, repiten el mismo motivo, una ornamentación “a candelieri” que imita a los motivos típicos del renacimiento. Al pie de ellas figura el rótulo “Comité ejecutivo”, sin mayores explicaciones.




Detalle de las olambrillas del pavimento


El suelo del recinto situado entre los bancos y la araucaria central está también salpicado de olambrillas (pequeños azulejos decorativos) que representan motivos cervantinos y están intercaladas con las baldosas de cerámica tradicional. Alrededor del alcorque encontramos una cenefa octogonal -en realidad un cuadrado ochavado, con cuatro caras largas y cuatro cortas alternadas- con una leyenda que reproduce las primeras frases del Quijote:




Cenefa interior


El QVIJOTE, PARTE
1ª 1º CAP. EN *E. H. A.* VN LUGAR
DE LA MANCHA DE
CVYO NOMBRE NO QVIERO ACORDARME
VIVIÓ NO HA MUCHO
VN HIDALGO DE LOS DE LANZA
EN ASTILLERO,
ROCÍN FLACO Y GALGO CORREDOR...

Aunque no hemos conseguido averiguar con certeza el significado de las siglas E.H.A. que aparecen intercaladas en el texto, suponemos que deben de corresponder a las iniciales de Exposición Hispano Americana, ya que no parecen referirse a la firma del, por cierto, anónimo ceramista.

Existe una segunda cenefa exterior que bordea la base de los bancos, también en forma de octógono irregular o cuadrado ochavado, aunque de mayor tamaño y con un texto, en consecuencia, más largo, referente en esta ocasión a una loa que la ciudad de Sevilla dedica al autor alcalaíno:




Cenefa exterior (detalle)


CON EL ESPÍRITV DE MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA INFLUYENDO ASÍ LA
CIVDAD DEL BETIS Y ALMA DE ANDALVCÍA
EN LA CREACIÓN Y FELIZ TÉRMINO DE LA OBRA PORTENTOSA EL INGENIOSO
HIDALGO DON QVIJOTE DE LA MANCHA
LIBRO QUE VIVE EN TODOS LOS PUEBLOS Y ENTRE TODOS LOS HOMBRES
REGOCIJO, ENSEÑANZA Y MONVMENTO
ALTÍSIMO, LEVANTADO SOBRE EL PEDESTAL DE LA RAZA HISPANA
SEVILLA ES HABER COMVNICADO SV ESPIRITV

Como puede comprobarse, nos encontramos ante algo que no dudamos en calificar de auténtico “cómic” cervantino, toda una proeza artística que merecería un reconocimiento mucho mayor que el que tiene, pues ni siquiera consta el ceramista autor del mismo, siendo como se puede apreciar en las fotografías una auténtica obra de arte.




* Escrito en colaboración con José García Merino

Ver también:
La presencia de Cervantes en Sevilla
Tras los pasos de Cervantes en Sevilla
La nueva estatua de don Quijote en Sevilla


Publicado el 8-9-2009