Las esculturas perdidas



Aunque pocas, por fortuna, son varias las esculturas que, formando parte del patrimonio artístico complutense, se han perdido para la ciudad a causa de diversos avatares. Esto no reza, por desgracia, para las numerosas tallas religiosas que, a lo largo de diferentes períodos históricos -Guerra de la Independencia, desamortizaciones del siglo XIX, Guerra Civil-, desaparecieron víctimas de la barbarie o de los mucho más prosaicos, aunque no por ello menos perniciosos, intereses económicos. Pero en esta ocasión voy a referirme tan sólo a lo que pudiéramos llamar monumentos públicos, aunque en algunos casos, como veremos más adelante, estuvieron ubicados en recintos privados o restringidos.

Comienza la relación con la efímera pirámide con la que se quiso honrar durante el Trienio Liberal a la memoria de Juan Martín El Empecinado. Emplazada junto al Puente Zulema, justo en el lugar donde años antes derrotara a los franceses, fue mandada destruir por Fernando VII en 1823 tras la reimplantación del absolutismo, sin que nos quede ningún testimonio gráfico de ella.


Estatua de Fernando Primo de Rivera




Estatua original de Mariano Benlliure
Fotografía tomada de espaciocusachs.blogspot.com.es


Hemos de dar ahora un salto hasta el siglo XX para encontrarnos con la estatua ecuestre, de pequeño formato, que el prestigioso escultor Mariano Benlliure (Valencia, 1862 - Madrid, 1947) dedicó al teniente coronel Fernando Primo de Rivera, un oficial de Caballería fallecido heroicamente en 1921 en la batalla del Monte Arruit, desarrollada en las cercanías de Melilla durante la retirada de las tropas españolas tras el Desastre de Annual. Esta obra forma parte de un conjunto de piezas escultóricas que Benlliure dedicó a la temática militar, y actualmente se conserva en el Museo del Ejército. Está realizada en bronce y representa al teniente coronel Primo de Rivera cabalgando a caballo, mientras en el pedestal aparece en bajorrelieve una carga de caballería encabezada por éste y, en la base, un rótulo con la siguiente inscripción, correspondiente a la arenga que dirigió a sus soldados antes de cargar contra el enemigo:


¡QUE CADA CUAL CUMPLA COMO BUENO! ¡VIVA ESPAÑA!




Réplica de Mariano Rubio en una postal de 1972


Según la hemeroteca de ABC, en una ceremonia que también quedó recogida en el NODO, el 4 de mayo de 1957 -aunque, desconozco por qué motivos, la fecha que figura en el pedestal es la del 30 de mayo de 1954- se inauguró solemnemente en el acuartelamiento alcalaíno bautizado con el nombre de este militar, entonces ocupado por soldados de Caballería, una copia de la escultura ecuestre de Benlliure realizada por su discípulo Mariano Rubio. La escultura, también de tamaño inferior al natural, reproducía en bronce tan sólo la figura ecuestre, ya que el relieve, asimismo copiado del original, estaba en esta ocasión tallado en piedra. Bajo el relieve, en un pedestal de granito y presidida por el escudo de el arma de Caballería, figuraba la siguiente leyenda:


EL ARMA DE CABALLERIA
A SU LAUREADO TE CORONEL
DON FERNANDO PRIMO
DE
RIVERA Y ORBANEJA.

30-5-1954


La estatua estaba instalada frente al Pabellón de Mando, y permaneció en el acuartelamiento alcalaíno tras la marcha de las tropas de Caballería, reemplazadas en 1966 por el Centro de Instrucción de Reclutas nº 2 en 1966, tal como dan constancia varias de las postales dedicadas a esta instalación militar editadas durante los años setenta. Sin embargo, tras el cierre del C.I.R. nº 2 en 1980 y la llegada de la Brigada Paracaidista al cuartel Fernando Primo de Rivera, la estatua fue trasladada a la Academia General de Caballería de Valladolid, quedando instalada en su patio central.




Estatua de Fernando Primo de Rivera en su emplazamiento actual
Fotografía tomada de enbuenalid.blogspot.com.es




El mural de la Plaza de Toros




Antigua Plaza de Toros. Mural de la puerta principal


La antigua Plaza de Toros de la avenida de Guadalajara, inaugurada en 1879, fue sometida a una profunda remodelación en 1959 que supuso, entre otras intervenciones, la construcción de una nueva fachada envolviendo a la original. La puerta principal estaba decorada con un mural o relieve metálico formado por planchas de hierro recortado siguiendo un estilo abstracto propio de la época en la que fue realizado. Tras el derribo de la plaza en 1998 el mural desapareció, desconociéndose su paradero. Es una lástima que no se conservara ya que, con independencia de su valor artístico, fue durante varias décadas la principal seña de identidad de uno de los edificios singulares de Alcalá.




Estatua de Tales de Mileto


Realizada dos décadas más tarde, puesto que está fechada en 1976, esta imponente escultura de bronce dorado y tres metros y medio de altura fue instalada por los laboratorios Liade en los jardines de sus instalaciones, en la antigua carretera nacional ahora prolongación de la avenida de Madrid, frente al barrio del Pilar. Fue realizada por el escultor catalán Luis María Saumells Panadés (Gironella, Barcelona, 1915 - Tarragona, 1999), autor entre otras obras del monumento a la Batalla del Ebro de Tortosa, y en cuya página web aparece también enumerado un mural escultórico, asimismo realizado para los laboratorios Liade en los años 1977-1978, del cual desconozco su paradero.


La escultura de Tales de Mileto en los laboratorios Liade de Alcalá (fotografía de 1991)
y en su emplazamiento actual en Tarragona


La escultura, que representa de forma estilizada al filósofo y matemático griego Tales de Mileto, permaneció en su ubicación original hasta que, cerrados los laboratorios a finales de los años noventa y derribados los edificios, en el año 2000 fue donada por la empresa BASF, que había absorbido a Liade, al Ayuntamiento de Tarragona, que la instaló en los Jardines de la Reconciliación. Es una lástima que el Ayuntamiento alcalaíno no hiciera el menor intento de conservarla, porque desde luego hubiera merecido la pena.




La locomotora del campus universitario




La locomotora en el campus de la Universidad
Fotografía tomada de ciudaddelaire.wordpress.com


En ocasiones, es posible encontrarnos con una antigua locomotora de vapor que, convenientemente restaurada, ha sido utilizada como ornato de algún espacio público, como ocurre a la entrada del madrileño Museo del Ferrocarril. Suelen ser de pequeño tamaño ya que las mayores ocupan demasiado espacio, pero no por ello dejan de ser un agradable recuerdo de la época clásica del ferrocarril.

Quizá no sea demasiado conocido que en Alcalá, y más concretamente en el campus universitario, hubo durante años una de estas locomotoras. Se encontraba a la salida del apeadero, en el camino que conduce a la facultad de Ciencias. Según las revistas Vía Libre y Treneando era la antigua locomotora de Renfe 030-0221, en la que la primera serie de dígitos indica el sistema de tracción de los ejes y el segundo sus características técnicas -si portaba ténder incorporado o éste era independiente, y el número de cilindros- y, las dos últimas cifras, su número de serie. Esta locomotora, de pequeño tamaño -8,5 metros de longitud y 4 de altura- y ancho ibérico, fue construida en 1889 en la localidad belga de Lieja por la empresa Saint Leonard. Formaba parte de un grupo de cinco que fueron adquiridas por el ferrocarril de Torralba a Soria, de las cuales se conservan dos: ésta y la 030-0219 utilizada también como ornato en Miranda de Ebro.




La locomotora en las bodegas Muga
Fotografía tomada de www.vialibre-ffe.com


Tras la creación de Renfe en 1941 la locomotora pasó a formar parte del material móvil de la empresa estatal, siendo retirada de servicio en una fecha indeterminada. Pasó a ser propiedad de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, que la cedió a la Universidad para su instalación en el campus. Allí permaneció de 1978 a 2013, fecha en la que se encontraba en un estado de incipiente deterioro. Fue entonces cuando, en circunstancias que ignoro, la Fundación decidió cederla en depósito temporal a las bodegas Muga, radicadas en la localidad riojana de Haro, las cuales asumieron los costes del traslado y la restauración, añadiéndole dos fudres -antecesores de los vagones cisterna que cargaban con una o dos cubas- como los que antaño se utilizaban para el transporte de vino.




Otra vista de la locomotora restaurada
Fotografía tomada de treneando.com


La locomotora fue presentada en su nueva ubicación, el 21 de marzo de 2013, en una ceremonia presidida por la ministra de Fomento Ana Pastor a la que asistieron el presidente regional Pedro Sanz y otras autoridades locales y regionales, además del director del Museo del Ferrocarril de Delicias Carlos Abellán, lo que muestra la relevancia dada a un patrimonio histórico que durante treinta y cinco años permaneció semiolvidado en Alcalá sin que ni la Universidad ni el Ayuntamiento aparentemente mostraran interés en preservarlo.




Don Quijote y sus sueños


El 4 de noviembre de 2008, tal como rezaba en la placa que conmemoraba su inauguración, el patrimonio artístico de nuestra ciudad se vio incrementado con una escultura bautizada como Don Quijote y sus sueños obra en bronce del escultor Pedro Requejo Novoa, el mismo que fundiera las estatuas de Don Quijote y Sancho Panza que desde abril de 2005 descansan de sus fatigas frente a la casa natal de su autor. Se trataba de una estatua de bronce de tamaño natural y posición sedente, de estilo muy parecido al de sus “vecinos” y de notable valía artística, en la cual se representaba al Caballero de la Triste Figura con un libro en la mano izquierda y una espada en la derecha, en alusión a su condición de lector de libros de caballerías.


Don Quijote y sus sueños, obra de Pedro Requejo Novoa, en el restaurante Maimónides


Lo curioso de esta escultura es que se trató de una iniciativa privada promovida por el propietario del restaurante Maimónides, el cual con toda lógica la colocó en el interior de este establecimiento hostelero. Así pues, aunque se encontraba en plena calle Mayor -concretamente en el número 45-, frente a la casa de Cervantes y a las esculturas hermanas, era necesario entrar en el local para poder contemplarla, algo que realmente merecía la pena. Lamentablemente el restaurante cerró en el verano de 2018, sin que tenga noticias del paradero de la estatua.




Mr. River


Dos vistas del curioso Mr. River


Paseaba por Alcalá en junio de 2014 cuando, al atravesar el pequeño parque de la Plaza de la Juventud, me encontré con esta curiosa escultura de cuya existencia yo no tenía ni la más remota idea. De hecho seguí sin saber nada de ella, ni el nombre de su autor, ni los motivos y la fecha de su construcción y ni tan siquiera su nombre oficial, ya que en lo que respecta al Ayuntamiento el silencio era absoluto pese a encontrarse en un espacio público.

Y no se puede decir que pasara desapercibida, ya que contaba con una envergadura considerable -su altura no bajaría de los cuatro o cinco metros- y estaba realizada en su totalidad con materiales reciclados, antiguos envases de diversos tipos en su mayor parte junto con restos de focos y otros materiales de más difícil identificación, lo que la convertía -en esto sí acerté- en un símbolo del reciclaje. Eran, pues, varias las razones que recomendaban no sólo su preservación, máxime teniendo en cuenta la fragilidad de sus componentes, sino también su exhibición en vez de mantenerla semiescondida y sin ningún cartel indicador, apenas protegida -es un decir- por unas vallas de obras.

Dada su originalidad decidí dedicarle un artículo, para lo cual tuve que inventarme un nombre; basándome en su aspecto la bauticé como el Guerrero punki, aunque evidentemente no tenía por qué corresponderse, y de hecho no se correspondía, con el otorgado por su para mí desconocido autor. Huelga decir que tampoco sabía si se trataba de un monumento efímero o si existía voluntad de permanencia, pero cada vez que pasaba por allí le echaba un vistazo para ver si seguía estando.




Mr. River visto por detrás


Así quedó la cosa hasta que seis años más tarde, en junio de 2020, encontré una referencia indirecta a la escultura en una noticia publicada en el diario digital Alcalá Hoy. Escribí a la redacción preguntándoles si podían aportarme los datos que me faltaban, y a los pocos días me remitieron la respuesta de su autor, del cual puedo dar por fin el nombre: Raúl Armenteros, que se define en su página de una red social como escultor de reciclaje y buscador de luz, toda una declaración de principios.

Asimismo, me explicaba la historia del robot Mr. River, puesto que representa a un hombre mecánico siendo Mr. River su nombre oficial, en homenaje supongo al cercano Henares ya que buena parte de su cuerpo procede de residuos retirados de las orillas del río. Por cierto, otra cosa que desconocía -nunca pasé por allí de noche- era que algunos componentes de su cuerpo se encendían.

El motivo de su erección, en junio de 2013, fue la conmemoración de las Jornadas Mundiales de Medio Ambiente, y pese a haber sido concebido como una instalación efímera durante tan sólo una semana, la aceptación ciudadana fue tal que perduró durante siete años gracias a los cuidados periódicos de su autor. Todavía podría haber permanecido allí, pero a causa de la falta de respuesta del Ayuntamiento Raúl Armenteros solicitó su retirada, que se ejecutó el pasado 28 de mayo de 2020. El robot se conserva actualmente en un recinto privado a la espera de su instalación definitiva en un nuevo destino, que el autor desea que sea público... y yo también.

Pero por el momento no me queda otro remedio que traerlo junto a las demás esculturas perdidas, ojalá sea tan sólo de forma temporal.


Publicado el 24-9-2013
Actualizado el 6-2-2022