Las esculturas “privadas”



Dentro del conjunto formado por lo que pudiéramos denominar de una manera amplia el patrimonio escultórico complutense -estatuas, monumentos conmemorativos e incluso lápidas-, nos encontramos con que la gran mayoría de estos objetos son fruto de la iniciativa pública, municipal casi siempre y de otros organismos el resto. Tan sólo en contados casos su erección se debe a iniciativas llamémoslas particulares, fruto de las cuales son las que he convenido en denominar esculturas “privadas”, un término que aplico de manera amplia puesto que también recojo algunas esculturas que no se encuentran en la vía pública sino en el interior de recintos municipales o de otras instituciones públicas.

No son muchas, eso es cierto, pero resulta interesante recordarlas dado que, pese a que algunas llevan con nosotros muchos años, e incluso estaremos hartos de pasar por su lado, normalmente no nos suelen resultar demasiado familiares. Otra cosa que la mayoría de ellas tienen en común, al menos para mí, es su condición de anónimas, dado que nada sé de sus respectivos autores. Veamos cuales son.


Esculturas de la antigua fábrica de Sergio Real




Lagarto de la antigua fábrica de harinas (actual Escuela Oficial de Idiomas)


Las más antiguas de todas ellas, y asimismo sin duda las más desconocidas pese a estar ubicadas en un lugar céntrico, son los adornos que campean en las fachadas y los tejados de lo que queda de la antigua fábrica de pan de Sergio Real, en la calle de Daoíz y Velarde, sede actual de la Escuela Oficial de Idiomas. Pese a que este complejo de edificios constituía una de las escasas muestras de la arquitectura industrial del siglo XIX en nuestra ciudad, hace unos años fue demolido en parte para construir en su solar el insulso edificio actual, flanqueado por las dos naves que quedan del conjunto original. De ellas la que nos interesa es la de la derecha, utilizada de forma esporádica como sala de exposiciones mientras la otra se encuentra en un estado de preocupante abandono.




Gárgola de la antigua fábrica de harinas (actual Escuela Oficial de Idiomas)




Máscara de la antigua fábrica de harinas (actual Escuela Oficial de Idiomas)


La nave en cuestión, vista desde lejos, no parece mostrar nada especial, pero si nos acercamos a ella y nos fijamos en uno de los pináculos que rematan el tejado, descubriremos un sorprendente lagarto que repta sigiloso por la pared del mismo. Si acto seguido prestamos atención a las paredes, nos encontraremos con un curioso conjunto de gárgolas y extrañas máscaras repartidas por todas ellas. ¿A qué se debió esta iniciativa, insólita no sólo en una prosaica panificadora, sino también en la adormecida Alcalá decimonónica? Lo ignoro por completo, pero resultaría sumamente interesante averiguarlo.




Búhos del paseo de la Estación y la calle Montauban


Búho del paseo de la Estación


En el caballete del tejado del número 23 del paseo de la Estación, el último edificio de la acera de los impares, se alza vigilante este curioso búho y, por lo que se aprecia en las fotografías, de confección bastante sofisticada, pese a encontrase en una ubicación no demasiado visible.




Búho de la calle Montauban


En la calle Montauban, junto a la puerta del Vado, encontré un segundo búho muy parecido al anterior, aunque no idéntico, perchado en una barandilla. En realidad se trata de espantapájaros o más bien de espantapalomas, una auténtica plaga en las ciudades por mucho que todavía haya algunos empeñados obcecadamente en alimentarlas. Suelen tener la cabeza móvil para engañar mejor a las aves, yestán a la venta en las ferreterías y también en internet, lo que hace suponer que en un futuro se popularicen cada vez más. De hecho ya he visto alguno más en Alcalá, pero al no tratarse de esculturas propiamente dichas considero innecesario intentar llevar un censo exhaustivo de estos reclamos, que por otro lado sería imposible de mantener actualizado, bastando con reseñar su existencia.

Lo curioso es que los búhos suelen ser de hábitos nocturnos, por lo que no es habitual que conviertan en sus presas a las diurnas palomas... claro está que éstas no lo saben, así que cabe suponer que el artilugio funcione. En cualquier caso resulta llamativo y simpático




Salamanquesa de los juzgados




Salamanquesa de los nuevos juzgados


También reptil, aunque en esta ocasión mucho más discreto que el de la Escuela Oficial de Idiomas, es la pequeña salamanquesa que adorna desde hace poco la fachada norte del edificio de los nuevos juzgados, es decir, la que linda con la travesía de San Julián. Pese a su reducido tamaño la puede hacer pasar desapercibida, es indudable que pone una nota simpática en la frialdad de la fachada.




Esculturas de las viviendas de la Caja de Ahorros


Virgen y niño de las casas de la Caja de Ahorros, en la Ronda Ancha


Vayamos ahora hasta la Ronda Ancha, y más concretamente a su esquina con Marqués de Alonso Martínez. A mediados de los años 60 la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid -actual Bankia- construyó allí un barrio de viviendas que todavía continúa hoy habitado, y aprovechándose los jardines existentes en la citada esquina los promotores del mismo instalaron no una, sino dos esculturas, ambas metálicas y realizadas muy al estilo de la época. La primera de ellas, adosada a la pared lateral de uno de los bloques, representa a una Virgen bautizada, tal como reza el rótulo situado a sus pies, como Nuestra Señora de las Ánimas y del Monte de Piedad, muy en la línea de la entidad promotora -y del espíritu nacional-católico de la época- aunque sinceramente tengo mis dudas de que tal advocación figure en el santoral oficial. La segunda escultura, mucho más sencilla y asimismo prosaica, se alza sobre un pedestal de piedra asentado directamente sobre el suelo del jardín, y representa a un niño que pasea a su perro. Aunque ambas esculturas pueden ser fechadas con mucha aproximación conforme a la fecha de la inauguración del barrio -1966-, lo cierto es que nada más conozco acerca de las mismas, salvo que desde entonces siempre han estado ahí.




Esculturas del Quijote


Quijotes de las calles Carmen Calzado (izquierda) y Gil de Andrade (derecha)


Dentro del conjunto de esculturas y monumentos dedicados al Quijote, los cuales han sido ya estudiados en los artículos correspondientes, podríamos seleccionar dos de ellos que cumplen las condiciones requeridas para formar parte también de esta selección. Se trata de los relieves adosados a sendas fachadas de la calle del Carmen Calzado -un bar- y de Gil de Andrade -un edificio de viviendas-, ambos de notable calidad estética. Puesto que su descripción ya figura en el citado artículo1, estimo innecesario repetirla aquí.




La estudiante de la calle Nebrija




Estudiante de la calle de Nebrija


Obra asimismo de Miguel Ángel Sánchez, pero mucho más reciente que el Monumento al Soldado dado que data de los años noventa, es la escultura femenina que parece leer tranquilamente un libro mientras se apoya con indolencia en la barandilla de un imaginario balcón desde la fachada lateral de un edificio de la calle Nebrija. Lleva por título “La estudiante”, tal como figura en la parte inferior de la peana en la que se apoya, y a su innegable calidad artística suma el hecho de ser una elegante solución para el rincón existente entre el edificio donde se encuentra adosada, cuya fachada no se retranqueó con respecto a la del que anteriormente ocupara este solar, y la del edificio vecino que hace esquina con la calle de Libreros, que sí lo hizo.




Relieve de la calle Infanta Catalina


En la calle de la Infanta Catalina, también en el casco antiguo pero justo al otro extremo del mismo, se construyó un edificio coincidiendo con la declaración de Alcalá como ciudad patrimonio de la humanidad, lo que motivó que los promotores del mismo decidieran recordar esta efeméride con una lápida de bronce adosada a la fachada; no es, por supuesto, la única de esta naturaleza existente en nuestras calles, pero sí la única fruto de una iniciativa privada.




Homenaje al nombramiento de Alcalá como ciudad patrimonio de la humanidad. Calle de la Infanta Catalina


En este caso su datación no puede ser más sencilla, puesto que junto con una alegoría que agrupa a una cabeza femenina de estética clásica, una rama de árbol con una pareja de pájaros y una pequeña corona de laurel, leemos la fecha en la que fue erigida -1998- y la divisa “Alcalá de Henares. Patrimonio de la humanidad”. Es obra del escultor hispano-colombiano Andrés Bonilla Gutiérrez (Bogotá, 1964), autor también de los escudos de la Universidad que jalonan varios edificios del centro de la ciudad, de los relieves con los bustos de los premios Cervantes existentes en el Paraninfo y de la copia de la estatua del cardenal Cisneros que sustituye a la original en la plaza de San Diego.




Reloj de sol de la calle Empecinado


Muy cerca de allí, en la calle Empecinado, se encuentra un reloj de sol que puede pasar desapercibido, ya que no está adosado a la fachada que da a la calle sino en la lateral que se abre a un patio interior, aunque visible desde fuera.




Reloj de sol de la calle Empecinado


Aunque su diseño es funcional e incluso está orientado correctamente al sur con un pequeño ángulo de diferencia, obviamente su función es decorativa y ni siquiera resultaría útil, ya que el edificio vecino le oculta el sol durante parte del día y todavía más en invierno, como ocurría cuando hice la fotografía. En cualquier caso, resulta atractivo.




Reloj del callejón del Vicario




Reloj del callejón del Vicario


También cerca de los anteriores, en el callejón del Vicario, se encuentra esta representación de una esfera de reloj evidentemente decorativa, puesto que no se aprecia la existencia de las agujas ni del mecanismo para moverlas.




Estatua de Quevedo




Estatua de Quevedo en un balcón de la calle Escritorios


Si hay un personaje con el que Alcalá está en deuda a la hora de rendirle homenaje con una estatua, éste es probablemente Francisco de Quevedo. Y si bien el Ayuntamiento no ha mostrado hasta ahora interés en hacerlo, en abril de 2019 descubrí que una iniciativa privada se le había adelantado colocando una figura suya de tamaño natural en uno de los balcones del edificio situado en el número 11 de la calle Escritorios, de reciente construcción.

La escultura, de bronce, es obra de Pedro Requejo Novoa, y según afirma en su página fue colocada en el balcón el 10 de abril de ese año, lamentablemente sin publicidad de ningún tipo.




Motivos “románicos” de la calle de las Damas




Motivos “románicos” de la calle de las Damas


Para continuar con esta rápida revista tendremos que irnos, a la calle de las Damas en su tramo comprendido entre Infanta Catalina y la puerta del Vado, donde en un edificio de viviendas construido en fechas relativamente recientes, y más concretamente adosados a dos de sus fachadas, nos encontraremos con sendas reproducciones de motivos escultóricos de la catedral de Palencia, tal como figura en los rótulos de sus respectivas peanas. Una de ellas parece corresponder a unos capiteles románicos, mientras la otra reproduce la imagen de un santo procedente de la portada de los Reyes. Al igual que ocurriera con las gárgolas y el lagarto de la antigua fábrica de pan la presencia aquí de estos elementos escultóricos se me antoja insólita sin que pueda imaginar ninguna explicación simple para ello, lo que no impide que adornen y, además, bastante bien.




Pozo “románico” de la Quinta de San Luis


Pozo de la antigua Quinta de San Luis. Izquierda, visto desde Navarro y Ledesma. Derecha, visto desde Emilio Castelar


En la calle Navarro y Ledesma, más concretamente entre ésta y la vecina de Emilio Castelar, hay un pequeño jardín privado que constituye uno de los pocos restos supervivientes de la antigua Quinta de San Luis, una espléndida finca víctima de la especulación inmobiliaria de los años setenta que abarcaba desde el Paseo de la Estación hasta las calles Cánovas del Castillo y Flores. En el centro del jardincito se alza un pozo cuyo brocal reproduce unas escenas románicas del cual desconozco si fue instalado allí por la constructora de los actuales edificios o si, por el contrario, proviene de la antigua finca. En cualquier caso, y aunque evidentemente no se trata de un objeto original sino tan sólo de una réplica, no por ello deja de tener su encanto.




Escultura del paseo de la Estación




Escultura del paseo de la Estación


El otrora apacible paseo de la Estación fue literalmente destrozado por la especulación inmobiliaria de los años sesenta y setenta del pasado siglo, trocando la mayoría de sus chaletitos y sus jardines por moles de edificios de considerable altura que desvirtuaron por completo su trazado decimonónico, salvándose muy pocos de ellos; incluso el propio Hotel Laredo corrió peligro de ser demolido. Uno de los afortunados supervivientes, emparedado entre dos grandes moles, adorna su jardín delantero con esta simpática escultura, posiblemente una antigua fuente que, pese a haber perdido su función original, mantiene intacta su función decorativa.




Amorcillo del Colegio de León




Amorcillo del Colegio de León


En el jardín trasero del Colegio de León, visible desde el recodo que forma la calle Nebrija, se alza esta pequeña fuente decorativa, privada aparentemente de agua, cuyo elemento principal es un amorcillo sentado en su taza, la cual se apoya a su vez en tres cisnes. Aunque cabe suponer que se trate de una réplica moderna, no por ello carece de interés artístico.




Esculturas de la calle Carabaña


Esculturas de la calle Carabaña. Plaza interior del número 7 (izquierda) y del número 9 (derecha)


Damos ahora un salto a otra zona de la ciudad, concretamente los aledaños de la avenida de la Alcarria. A raíz de la construcción, al inicio de la primera década del nuevo siglo XXI, de varios edificios de viviendas en la calle Carabaña, la promotora de los mismos instaló en sus plazas interiores sendas esculturas de diseño moderno, pero no por ello carentes de interés, de las cuales desconozco los datos acerca de su autor o autores, con lo cual lo único que puedo hacer es reseñar su existencia y reproducir las fotografías de las mismas.




Escultura del colegio Luis Vives




Escultura del patio del colegio Luis Vives


En el patio del colegio Luis Vives, situado en la calle homónima del barrio de la Rinconada, se alza esta escultura que, aunque no es figurativa, recuerda la forma de un torso humano estilizado. La falta de un texto en el pedestal me impide conocer su nombre o el de su autor, así como la fecha en la que fue instalada.




Esculturas de la antigua posada de Blas Acebrón


Esculturas de la antigua posada de Blas Acebrón, en la plaza de Cervantes
Fotografías de Juan de la Plaza


Recientemente se construyó un edificio de nueva planta en el número 19 de la plaza de Cervantes, donde antaño estuviera la tradicional posada de Blas Acebrón, respetándose la fachada original al tiempo que se recuperaba la entrada y se rehacía el patio, el cual fue decorado con diversos elementos, tanto antiguos -especial interés reviste la pila de lavar de piedra caliza- como nuevos. Entre estos últimos se cuentan dos esculturas en mármol, u otro material de aspecto similar, que recuerdan a las estatuas clásicas, representando a sendas figuras femeninas semidesnudas una de las cuales está acompañada por un amorcillo.




Virgen del número 2 de la avenida de Guadalajara


Virgen del número 2 de la avenida de Guadalajara. Vista general y detalle
Fotografías de Juan de la Plaza


En el número 2 de la avenida de Guadalajara, donde durante muchos años estuviera radicado el almacén de maderas de Félix Gallego y, en los veranos, la terraza del Cine Real, se alza hoy un edificio de viviendas en cuyos bajos está situada la oficina de empleo. El edificio cuenta con un patio interior en el que, en una especie de hornacina, está colocada una escultura de la Virgen, aparentemente una Inmaculada, un caso singular ya que en estas iniciativas particulares no suelen estar presentes los motivos religiosos.




Pirámides de la plaza de la avenida de Guadalajara




Pirámides de la avenida de Guadalajara. Arriba, la de la izquierda. Abajo, la de la derecha


En la avenida de Guadalajara, entre las calles Atienza y Brihuega, se abre una pequeña plaza sin nombre, aunque debería tenerlo. En ella, entre las terrazas que la invaden, se alzan dos pirámides metálicas formadas por planchas triangulares de acero cortén, las cuales dudé durante bastante tiempo si considerarlas o no esculturas dado su carácter estrictamente funcional, puesto que su misión es la de proteger los respiraderos del aparcamiento subterráneo situado bajo la plaza. Finalmente me decidí a hacerlo, puesto que éstas poseen también un innegable carácer decorativo e incluso están firmadas, ya que en las etiquetas metálicas que ambas tienen adosadas en la parte inferior de una de las aristas se lee tanto el nombre del diseñador, A. García, como el del fabricante, Yes Metal S.L., una empresa alcalaína dedicada a la carpintería metálica.




Leones de la finca del Camarmilla


Leones que flanquean la entrada a la finca del Camarmilla


La finca del Camarmilla, prácticamente la única superviviente de las muchas que en su día jalonaron los aledaños de Alcalá, está situada entre el curso de este arroyo, la vía del ferrocarril y la calle Camarmilla, que la separa del vecino cementerio. Su entrada está situada en la rotonda existente en esta última calle, junto al curso del Camarmilla, el cual salva por un pequeño puente.

Es precisamente en esta entrada donde se alzan, flanqueándola a ambos lados, estos dos leones que por su pose recuerdan a sus “hermanos mayores” del Congreso de los Diputados, aunque no son réplicas suyas ni están fundidos en bronce sino tallados -o modelados- en piedra, siendo su tamaño asimismo sensiblemente menor.




Venus de Milo de la avenida de la Virgen del Val




Venus de Milo de la avenida de la Virgen del Val


En un pequeño jardín situado entre la acera de la avenida de la Virgen del Val y los edificios, en las cercanías de la plaza del Romance, encontré esta reproducción de la conocida estatua de la Venus de Milo. Evidentemente no es una obra original, pero no por ello deja de tener interés ornamental.




Niña de la plaza de Carlos I




Niña de la plaza de Carlos I


En uno de los parterres de la plaza de Carlos I lindante con la calle Gil de Andrade, junto a la fuente recuperada -al menos como escultura- por un vecino, se encuentra esta pequeña escultura que representa a una niña sentada en actitud pensativa. Aunque se trata de un lugar público, todo parece indicar la naturaleza privada de la iniciativa.




Esculturas de los clubes de jubilados


Esculturas de los clubes de jubilados del Chorrillo (izquierda) y el Campo del Ángel (derecha)


En los jardines de dos de los clubes de jubilados, o de “mayores” tal como últimamente ha impuesto la absurda dictadura de lo “políticamente correcto” de la ciudad, el del Chorrillo y el del Campo del Ángel, se alzan sendos monumentos que en ambos casos representan a un anciano, solitario el primero y acompañado por un niño el segundo.

El primero de ellos sigue estando en la antigua sede de esta institución, en el paseo de los Pinos, pese a que el club de jubilados se trasladó a un nuevo -y horrendo- edificio en el vecino camino del Cementerio. El segundo se encuentra en la calle de Fray Juan Gil, aunque orientado hacia la calle de Valdetorres de Jarama, con la que ésta hace esquina.

El estilo de ambos podría definirse como naïf, y con toda probabilidad fueron realizados por alguno de sus socios, quizá el mismo en los dos casos dada la evidente similitud que existe entre ellos. Con independencia de su calidad artística merece la pena recordarlos, por cuanto constituyen un testimonio de la actividad de estos centros sociales.




Pato Donald del parque O’Donnell




Pato Donald en el parque O’Donnell


La nota simpática de este artículo la aporta el Pato Donald que se encuentra en la zona de juegos infantiles del parque O’Donnell, Todo un clásico de Disney que desde hace años es disfrutado por los pequeños y por los que ya no lo son.




1 Otros Quijotes en Alcalá (II). Los Quijotes privados


Publicado el 6-9-2007
Actualizado el 6-2-2024