El Teatro Salón Cervantes







Sin duda, la noticia cultural de la semana ha sido la reapertura del recién remozado Teatro Salón Cervantes, acontecimiento ciertamente digno de figurar en las crónicas locales por todo cuanto ha significado este edificio en Alcalá desde el mismo momento de su inauguración hace ahora ciento un años. Basta con leer las Bagatelas de Fernando Sancho para comprobar como este modesto coliseo fue, primero como teatro y después como cine, piedra fundamental de la vida alcalaína durante todas estas décadas; basta también con bucear en los recuerdos de tantos y tantos alcalaínos para encontrar tardes lejanas pasadas en él entre películas rancias, pipas baratas y amores quizá fugaces, quizá duraderos... porque el Grande -yo no podré llamarlo nunca de otra manera- ha significado mucho para Alcalá y ahora, afortunadamente, vuelve a estar en disposición de volver a hacerlo.

Hubo, pues, noche de fiesta para la ciudad gracias a la feliz recuperación de un Teatro Salón Cervantes modélicamente restaurado, fiesta rubricada por un programa inaugural ciertamente de gala y en parte, ¡ay!, empañada por el mudo reproche de las numerosas localidades que quedaron sin ocupar, al tiempo que eran muchos los alcalaínos que se veían imposibilitados de acceder al interior del teatro.

Pero por encima de todo ahora es cuando comienza el reto, y ahora es, por lo tanto, el momento de demostrar, tanto por parte de la Fundación Colegio del Rey en su calidad de gestora del edificio, como por la de los ciudadanos alcalaínos como beneficiarios de su futura oferta cultural, que Alcalá está lo suficientemente madura como para merecerse todas las posibilidades que el Teatro Salón Cervantes le muestra ante sí.


Publicado el 22-4-1989, en el nº 1.142 de Puerta de Madrid
Actualizado el 28-5-2008