Los afluentes menores del Henares





El Aliendre en las cercanías de la localidad de Monasterio



Además de los afluentes principales del Henares, que poco a poco hemos ido viendo en estas páginas, cuenta nuestro río con una abundante red de pequeños tributarios -riachuelos, arroyos, torrentes y barrancos- que, si bien carecen de suficiente entidad si se los considera aisladamente, revisten una relativa importancia al tener en cuenta su efecto conjunto en cuanto a su aportación hídrica.

Evidentemente, no resultaría demasiado viable comentar en estas páginas la totalidad de estos pequeños cursos de agua; pero sí puede resultar interesante hacerlo con los más importantes de ellos, excepción hecha claro está de los que discurren por la comarca alcalaína, que ya fueron estudiados en su totalidad.

Así pues, comenzamos sin más dilación con el primero de ellos.


Río Alboreca

Este pequeño curso de agua es el primer afluente que, a excepción de algunos arroyos de ínfima entidad, confluye con el Henares cuando éste lleva recorridos apenas unos seis kilómetros desde su cercano nacimiento en Horna.

Nace este río, con el nombre de arroyo de los Algares, en el término municipal de Miño de Medinaceli, localidad perteneciente a la provincia de Soria; a poco recibe la aportación del barranco de Valdecasares, y a partir de entonces y ya con régimen de aguas permanentes comienza a encajonarse excavando un valle estrecho en los páramos de 1.200 metros de altitud en los que tiene lugar su nacimiento.

Su confluencia con el citado barranco de Valdecasares le supone, además un cambio de nombre, ya que pasa a denominarse barranco de la Cueva. Con este calificativo penetra en la provincia de Guadalajara, y concretamente en el término municipal de Alboreca, recogiendo las aguas del segundo de sus afluentes, el barranco de la Trampa, que se le une por la derecha. Este punto supone un nuevo cambio de nombre para nuestro curso de agua, que pasa a ser definitivamente el de río de Alboreca.

Continúa el río así formado hacia el sur, pasando por las proximidades de la localidad de su mismo nombre, donde se le une, esta vez por la izquierda, el último de sus tributarios, el barranco del Cura. Tras cruzar en su totalidad el término municipal de esta población penetra en el de Alcuneza para desaguar allí en el Henares, por su margen derecha, tras un recorrido de unos ocho kilómetros.

Evidentemente, y tal como suele suceder en un afluente de cabecera, el caudal del Alboreca es muy escaso, pero supone no obstante una importante aportación para el recién formado Henares, también escaso de aguas debido a la proximidad de su nacimiento y a la sangría a que se le somete en beneficio de la agricultura de su valle y del propio consumo de agua por parte de las poblaciones cercanas.


Río Aliendre

Mientras el río Alboreca es un afluente de cabecera, el Aliendre rinde tributo al Henares aguas abajo de Jadraque, es decir, en el último tramo del curso medio de un Henares que ha recibido ya las aportaciones de todos sus afluentes importantes a excepción del Sorbe y el Badiel. Puesto que además el Aliendre desemboca por la derecha, cabría pensar en un principio que debería de tratarse de un río largo y relativamente caudaloso a semejanza del Bornova y el Sorbe, los dos cursos de agua entre los que se sitúa su cuenca.

Sin embargo, no ocurre así. Mientras el Bornova y el Sorbe, al igual que el Cañamares y el Salado, tienen su nacimiento en las lejanas sierras del Sistema Central, el Aliendre surge en las estribaciones de la Sierra Gorda, un macizo aislado situado al norte de Cogolludo y, por lo tanto, mucho más cerca del valle del Henares. Por tal motivo el curso del Aliendre es corto, unos 15 kilómetros, aunque relativamente caudaloso en condiciones climatológicas normales. No obstante, cuando yo lo vi en el seco verano de 1985 su cauce estaba completamente seco.

El Aliendre nace, como ya quedó dicho, a unos 1.200 metros de altitud en la vertiente sur de la Sierra Gorda, en las proximidades del lugar de Fraguas, con el nombre de arroyo de la Fresneda. Rápidamente adopta la dirección sur característica de los afluentes por la derecha del Henares y, tras pasar por Monasterio y Cogolludo, donde forma una pequeña y fértil vega, desemboca por fin en el Henares muy cerca de la localidad de Espinosa de Henares.

Su red de afluentes es, como cabía esperar, limitada y de escasa importancia, mereciendo ser citados el arroyo de Veguillas y el arroyo de la Vega de Arbancón, que riega la localidad de Cogolludo.


Arroyo de la Vega

Realmente este nombre no dice mucho, ya que se trata de una denominación genérica que comparten multitud de pequeños cursos de agua españoles; pero si añadimos que se trata del arroyo de Torija, cualquier persona que conozca mínimamente la provincia de Guadalajara sabrá perfectamente a cual me refiero.

El arroyo de la Vega cuenta con un caudal harto limitado, y si sólo fuera por esto no hubiera merecido en ningún caso ser recordado aquí; pero el hecho de que este pequeño curso de agua repita, en menor escala, el curioso caso del Badiel hace que resulte interesante el estudio de su curso.

Dada la peculiar estructura del valle del Henares, sus afluentes por la margen izquierda (la de los cerros) se limitan, con algunas escasas excepciones, a simples barrancos de corto curso y aguas temporales. Dos de las citadas excepciones han sido comentadas ya en anteriores artículos; se trata del río Dulce (que en realidad no es una excepción) y del río Badiel, que diseca el páramo alcarreño en busca del nivel mucho más bajo del Henares.

El arroyo de la Vega, como acaba de ser comentado, tiene su origen en las cercanías de Torija con el nombre de barranco de la Lastra. A partir de entonces, primero con el nombre de arroyo del Valle de Torija y luego con el de arroyo de la Vega, desciende en dirección suroeste creando un profundo valle que es aprovechado por la carretera nacional II para pasar suavemente del valle del Henares a la mucho más alta Alcarria. Aguas abajo de Torija pasa por Valdenoches y Taracena donde, dando un brusco giro, se dirige rectamente hacia el Henares, en el que desemboca por la izquierda dos o tres kilómetros aguas arriba de Guadalajara tras un curso de unos 18 kilómetros. Tan sólo cuenta con un afluente digno de ser citado, el arroyo de Colmenilla, que se le une poco antes de su desembocadura.


Arroyo del Prado de los Rizales

Concluye el artículo con este arroyo de nombre compuesto, o doble según los autores, que desemboca en el Henares por la margen derecha, poco antes de que lo haga el Cañamares, en las proximidades de Jadraque. Aunque su importancia es pequeña su longitud (demasiado larga para un arroyo corriente) y cierto número de pequeños afluentes hacen que merezca, pese a todo, ser recordado.

El arroyo del Prado nace al sur del término municipal de Negredo, y tras pasar por los términos municipales de Cendejas de Enmedio y Jirueque desemboca en el Henares por la derecha al noroeste del término municipal de Bujalaro. Su curso es de unos 13 kilómetros, y sus afluentes principales son los arroyos de Peña Trinte, Torremocha y Praderas. Su pequeña cuenca está comprendida entre las de los ríos Salado y Cañamares.


Publicado el 22-11-1986, en el nº 1.025 de Puerta de Madrid
Actualizado el 10-6-2006