Los Santos Niños en España
La parroquia de Granada





La iglesia de los Santos Niños vista desde la alcazaba de la Alhambra
Fotografía de RaMaOrLi publicada en Flickr



Como ya he comentado en más de una ocasión, una de las peculiaridades más llamativas del culto a los Santos Niños en nuestro país es el hecho de que el mismo es prácticamente inexistente en todo el sur y el levante de la península mientras aparece con sorprendente frecuencia en las regiones septentrionales españolas. De hecho, en la práctica puede decirse que son solamente dos los lugares en los que se venera actualmente a nuestros patronos en toda esta vasta zona de España, la localidad valenciana de Manises y la ciudad de Granada.




Torre y cimborrio


Centrándonos ahora en el estudio de la parroquia granadina, hay una pregunta que surge inmediatamente: ¿Por qué razón el único lugar de culto a los Santos Niños existente en toda Andalucía está precisamente en la ciudad más tardíamente cristianizada? Según he podido comprobar en el transcurso de mis investigaciones, el culto a los Santos Niños fue muy popular durante toda la Alta Edad Media para a continuación caer prácticamente en el olvido a partir del siglo XII, lo que explica que en las tierras reconquistadas a los musulmanes a partir de entonces (la Mancha y Andalucía en lo que a Castilla respecta) estos mártires no aparezcan ya por ningún lado. Esta circunstancia, unida a lo tardío de la reconquista del reino granadino, exige la existencia de un hecho singular que permita explicar la fundación de la parroquia existente en la ciudad de la Alhambra, algo o alguien que hubiera sido capaz de establecer un vínculo común entre Alcalá y Granada. Y, aunque carezco de pruebas fehacientes que me permitan establecer con certeza absoluta la naturaleza de este vínculo, mi teoría es que debió de ser el propio cardenal Cisneros quien fundara la parroquia granadina.

¿Por qué Cisneros? Las guías de Granada que he consultado afirman que la parroquia de los Santos Niños fue creada en 1501, tan sólo nueve años después de la conquista, y sabido es que el cardenal realizó por aquella época varios viajes a Granada con objeto de convertir a los moros granadinos al cristianismo. El padre Meseguer, en su libro El cardenal Cisneros y su villa de Alcalá, afirma que Cisneros viajó por vez primera a Granada en octubre de 1499 volviendo a Alcalá en agosto de 1500, y que posteriormente lo hizo por segunda vez, en marzo de 1501, inmediatamente después de consagrar como parroquia de Santiago el edificio que hasta entonces había sido la mezquita complutense. Si a esto sumamos el hecho de que, como afirma el padre Meseguer, entre ambos viajes Cisneros trajo a Alcalá un nutrido grupo de conversos granadinos, la sospecha de su intervención en la fundación de la parroquia de los Santos Niños en la capital andaluza es tan fuerte que, aun careciendo de documentos que lo prueben, yo personalmente lo considero como una certeza.




Portada


Pocos más datos poseo acerca de la fundación inicial de la parroquia granadina, salvo que fue construida junto al aljibe y la mezquita de Majadalfecy y a la puerta de Bibarrachán, luego de San Bartolomé. En 1524 Inés Arias fundaba en Granada el convento de la Encarnación, de franciscanas clarisas, el cual sería trasladado en 1541 por el arzobispo Gaspar de Ávalos a un solar frontero a la parroquia de los Santos Justo y Pastor. Esta vecindad con la parroquia haría que el convento no construyera una iglesia propia sino que se limitara a aprovechar como tal el templo parroquial, de forma que éste revistió la doble función de parroquia y de iglesia conventual.




Retablo mayor


Esta situación duraría hasta finales del siglo XVIII, siendo el detonante de su cambio la expulsión de los jesuitas en 1767. El colegio de los jesuitas, complementado con una suntuosa iglesia originalmente consagrada a San Pablo, se alzaba frontero a la parroquia de los Santos Niños y el vecino convento de la Encarnación, separado de éstos tan sólo por las actuales calle de San Jerónimo y plaza de la Universidad. Al quedar el colegio vacío, y después de cuatro años de esta cerrado, fue trasladada a su iglesia la colegiata que hasta entonces había estado ubicada en la parroquia del Salvador, templo ubicado actualmente en la parte alta del barrio de Albaicín. Finalmente, en 1799 sería instalada en la misma iglesia la vecina parroquia de San Justo, siendo suprimida la colegiata a raíz del concordato de 1851. ¿Por qué razón tuvo lugar este traslado? No es nada difícil suponer que ningún sentido tenía contar con dos parroquias virtualmente contiguas, por lo que se optaría por dejar tan sólo una en la iglesia que resultaba más capaz, sin duda la de los jesuitas.




Tambor de la cúpula


Ésta es, pues, la ubicación actual de la parroquia, habiendo desaparecido el templo original al ser derribado éste en 1835, lo cual de paso privó a las clarisas de su capilla; sobre su antiguo solar se alza hoy la actual plaza de la Encarnación, un pequeño espacio sin el menor interés urbanístico y completamente inútil, tal como se lamentara hace más de cien años Manuel Gómez Moreno en su Guía de Granada publicada en 1892. Eso sí, por lo menos la han hecho peatonal, erradicando los coches que la invadían durante mi anterior visita contribuyendo a afearla todavía más.




Aspecto actual de la plaza de la Encarnación


Puesto que el templo original de la parroquia de los Santos Niños ha desaparecido por completo nada podemos saber acerca de él, razón por la que describiré la actual iglesia que no es, recordémoslo, sino la antigua capilla del extinto colegio de jesuitas, la cual es conocida popularmente en Granada como la colegiata, por más que haya pasado casi siglo y medio desde la supresión de la misma. Es esta iglesia una típica construcción jesuítica que presenta un notable parecido interior con su homóloga alcalaína, actual parroquia de Santa María, tanto en la planta como en las proporciones; sin embargo, es la granadina mucho más barroca en su ornamentación que la complutense, circunstancia ésta que marca la principal diferencia entre dos templos arquitectónicamente análogos.


Imágenes de los Santos Niños que se veneran en el interior de la iglesia


Las diferencias mayores, no obstante, se encuentran en el exterior. La fachada de la iglesia granadina es distinta por completo de la nuestra desviándose del manierista modelo alcalaíno de fachada-retablo para concretarse en una portada reducida en tamaño pero mucho más recargada y barroca. Otras diferencias significativas con nuestra iglesia son la cúpula esférica a modo de cimborrio, que recuerda a la de la basílica de El Escorial, y la torre campanario construida ya en el siglo XVIII, todo lo cual hace que su aspecto exterior borre por completo las analogías encontradas en su planta interior.

Según los libros consultados la construcción de esta iglesia fue iniciada en 1575 por Martín de Baceta, siendo instalado el Santísimo en 1589 cuando estaba terminada únicamente la nave. Fallecido este arquitecto en 1604 la capilla mayor, el crucero y el cimborrio serían terminados en 1621 por el jesuita Alonso Romero, maestro de cantería, siendo maestro de obras el también jesuita Pedro Sánchez. Sin embargo, las obras no estarían concluidas hasta 1719, época a la que pertenece la torre campanario construida en un barroco tardío que es ya prácticamente rococó. La portada principal es todavía posterior, de 1740, y muy recargada en su decoración, siendo su autor el jesuita Francisco Gómez según trazas de Alfonso Castillo; cuenta con dos relieves laterales de san Francisco Javier bautizando indios y san Francisco de Borja recibiendo en la Compañía a san Estanislao de Kostka junto con un gran medallón que representa la conversión de san Pablo, estando rematada con una estatua de san Ignacio de Loyola. En cuanto al interior, de exuberante decoración tal como quedó comentado, conserva prácticamente intacta su ornamentación original con esculturas de Alonso de Mena, José de Mora, Jerónimo de Rueda y Torcuato Ruiz del Peral, junto con lienzos de Pedro Atanasio Bocanegra, Juan de Sevilla, Juan Leandro de la Fuente y Benito Rodríguez Blanes. Dadas las circunstancias del traslado tardío de la parroquia, los santos Justo y Pastor no se encuentran en el retablo del altar mayor, sino en sendos pequeños retablos situados en los dos testeros de los brazos laterales del crucero, san Justo en el lado del Evangelio (izquierda) y san Pastor en el de la Epístola (derecha).


Detalle de las imágenes de los Santos Niños


Las imágenes, artísticamente tardías, se alejan de la iconografía habitual de estos dos mártires revistiéndolos con largas capas y trajes que se asemejan más a la moda del siglo XVIII que a la indumentaria habitual de los romanos del siglo IV... exageraciones barrocas, sin duda, lo que no reduce el interés de las mismas. Están atribuidas a Torcuato Ruiz del Peral, un escultor granadino nacido en 1708 y fallecido en 1773 que desarrolló su trabajo fundamentalmente en su tierra natal, con obras tan importantes como las tallas del coro de la catedral de Guadix o la Virgen de la Alhambra, aunque también se conservan obras suyas en Cádiz y en Valladolid.




Claustro


Es preciso reseñar que esta iglesia fue declarada monumento histórico-artístico nacional con fecha de 25 de enero de 1980, lo que da cumplida cuenta del interés artístico de la única parroquia consagrada a los Santos Niños en toda Andalucía, parroquia que además constituye uno de los principales templos de la capital granadina. Es una lástima que la iglesia original, la fundada presumiblemente por Cisneros, desapareciera sin dejar el menor rastro; porque, a pesar de su valor arquitectónicamente inferior, nos hubiera podido indicar cómo fue la primitiva fábrica que acogió a nuestros patronos.




Azulejos del claustro


Pero no acaba aquí todo. Durante un viaje a Granada en la primavera de 2012 me encontré con un nuevo motivo iconográfico de los Santos Niños en el claustro anejo a la iglesia, habitualmente cerrado pero que por casualidad pude encontrar abierto. Se trata de un friso de azulejos que reproduce a las imágenes del templo anejo. Es relativamente reciente, puesto que al pie del rótulo se lee la fecha de su erección: “Granada, 1993”.




Escudo de la cofradía de los Estudiantes


Dos años más tarde tuve noticias de que la cofradía de los Estudiantes incorpora a los mártires complutenses en su escudo institucional. Esta cofradía penitencial, cuyos titulares son Nuestro Señor de la Meditación y María Santísima de los Remedios, fue fundada en 1979 y está vinculada a la Universidad de Granada, pero lo que explica su relación con los Santos Niños es el hecho de que su sede canónica radica en la colegiata. En la página web de la cofradía se describe el escudo de la siguiente manera:


Está compuesto por dos óvalos acolados. El diestro fileteado en oro, trae sobre campo de sínople corazón flameante en gules, al exterior y cruzados en punta dos laureles, cargados de una granada en su color. El siniestro fileteado en oro, trae sobre campo de púrpura, cruz latina en su color y acostados dos palmas al natural. Al exterior, entre los escudos, custodia en oro, con Sagrada Forma y el anagrama de Cristo “J: H: S”. Debajo cartela jironada de pergamino con una inscripción que dice: “AVE MARÍA”; rodea el conjunto el collar del toisón de oro.

Al exterior y por tenantes lleva a los Santos Mártires Justo y Pastor vestidos a la usanza romana, y que aparecen nimbados y soportando los óvalos anteriores y palma de martirio en su color el siniestro y espada el diestro.

Todo el conjunto se encuentra sobre un mantelete a modo de pabellón en azur, lo que recuerda el voto de sangre que hizo la Universidad de Granada con motivo de la proclamación del Dogma de la Inmaculada en 1617. Envuelve una cinta en azur. En punta trae una granada en oro. Al timbre corona imperial con el escudo de la Universidad de Granada.




Escudo bordado en el estandarte


El escudo va bordado en oro, y en los colores descritos anteriormente, sobre un estandarte de terciopelo carmesí.




Las imágenes del retablo del convento de San Jerónimo




Retablo mayor del convento de San Jerónimo


La parroquia de los Santos Justo y Pastor no es ese el único recuerdo a nuestros patronos existente en la ciudad de Granada. Cuando bastantes años después de mi primera visita a esta ciudad, durante la Semana Santa de 2005, volví a visitarla, encontré en un pequeño folleto que se vendía en la sacristía del convento de San Jerónimo el interesante dato de que dos de las figuras que componían el programa iconográfico del monumental retablo de la iglesia estaban dedicadas a los mártires alcalaínos. Reproduzco el párrafo en cuestión:


“En el ático, Dios padre sobre nubes, y a los lados, los Santos Justo y Pastor, la Fortaleza y la Templanza, coronando el conjunto las imágenes de la Fe, Esperanza y Caridad.”




Detalle del ático del retablo, con las imágenes de los
Santos Niños flanqueando a la de Dios Creador


Lamentablemente el retablo estaba siendo entonces restaurado, por lo que los andamios que lo cubrían me impidieron satisfacer mi curiosidad. Hube de esperar nada menos que siete años hasta que, en la primavera de 2012, pude volver a visitar el convento y contemplar el retablo, esta vez sin los inoportunos andamios, el cual una vez restaurado se mostraba todo su esplendor. El inconveniente estaba ahora en que las imágenes que me interesaban estaban justo en la parte más alta del mismo, por lo que hubiera sido necesaria una cámara con teleobjetivo y trípode para poderlas fotografiar con la necesaria resolución... algo de lo que yo carecía. No obstante, mi modesta cámara digital se portó lo suficientemente bien como para poder dar una imagen aceptablemente pasable de las dos esculturas.


Publicado el 10-12-1994, en el nº 1.410 de Puerta de Madrid
Actualizado el 22-9-2014