Modino, una de las numerosas localidades de la provincia de León vinculadas al culto a los Santos Niños, está situada a orillas del río Esla, a seis kilómetros aguas abajo de Cistierna, a cuyo municipio pertenece, y a unos 40, también aguas abajo, del embalse de Riaño, mientras que de León le separan 60. Según el censo de población en 2008 contaba con 83 habitantes, un 20% menos que tan sólo ocho años antes, ya que en 2000 alcanzaba los 103. Nos encontramos, pues, ante un ejemplo patente de la despoblación rural española.

Espadaña. Fotografía de Juan de la Plaza

Según la página web del Ayuntamiento de Cistierna, Modino fue villa de realengo y capital de su concejo, conservándose en el pueblo varias casas blasonadas que dan fe de su pasado.

En cuanto a la iglesia, esta misma página web nos informa de que ésta se encuentra emplazada sobre un altozano que domina al caserío a modo de atalaya sobre el valle del Esla, posiblemente ocupando el solar de una antigua fortaleza. La bóveda del altar mayor y la espadaña son del siglo XVI, y tras sufrir un incendio en 1970 fue reparada un año más tarde en forma que la página califica de desafortunada.

Interior de la iglesia. Fotografía de Juan de la Plaza

En la ficha de la antigua base de datos del PIC (Puntos de información cultural) figura como siglo más relevante de la iglesia el XIII, es decir, románico, con elementos renacentistas del XVI y otros del siglo XX, supongo que los desafortunados arreglos de 1971. La cabecera es recta, cubierta con una bóveda de cañón ligeramente apuntada. Un arco toral la separa de la nave de la iglesia, de techo raso. La cubierta del edificio es un tejado a dos aguas.

Cayetano Enríquez de Salamanca, por su parte, confirma en el libro Rutas del románico en la provincia de León los datos anteriores, añadiendo que la cabecera es románica de planta rectangular.

Testero del presbiterio. Fotografía de Juan de la Plaza

La iglesia cuenta con una capilla, conocida bajo el nombre de los Garcías -los Briguela, según el PIC-, en el interior de la cual se conserva el sarcófago de su fundador, al cual corresponde la siguiente inscripción:

“AQUÍ YACE EL DOCTOR JUAN GARCIA BRIÇUELA, CANONIGO Y PROVISOR
DE LA SANTA IGLESIA Y CIUDAD Y OBISPADO DE LEON. FALLECIO AÑO DE 1599”

La página del ayuntamiento de Cistierna añade que en ella se conservan imágenes de una Virgen sedente del siglo XIII, Santa Catalina (s. xiV), san Pelayo (s. XVI) y de la Virgen del Carmen, más moderna que las anteriores... sorprendentemente no aparecen los Santos Niños, pese a estar confirmado documentalmente (al menos desde el siglo XV) que son los titulares de la parroquia, y a pesar también de la evidencia de las fotografías que reproduzco en este artículo, las cuales fueron realizadas en su totalidad por mi buen amigo Juan de la Plaza.

Imágenes de los Santos Niños. Fotografía de Juan de la Plaza

Como puede apreciarse, éstas se encuentran en el testero del altar mayor -no existe retablo- flanqueando a un crucifijo mientras al otro lado, en una peana gemela se alza la imagen de la Virgen del Carmen. Son, aparentemente, barrocas, y representan a unos hermanos quizá demasiado crecidos -en especial el mayor, ya que la diferencia de tamaño entre ambas es notable- ataviados a la romana, con túnica y capa larga. Aunque ambas imágenes han perdido los atributos habituales -las tablillas escolares y las palmas del martirio-, por la posición de los brazos se aprecia que éstos debieron existir.

Sepulcro de Juan García Brizuela. Fotografía de Juan de la Plaza

Por si fuera poco, la ya citada página municipal indica que las fiestas patronales de Modino son las de la Virgen del Carmen y no, como cabría esperar, las de los Santos Niños. En realidad ambas celebraciones no tendrían por qué ser incompatibles, son muchas las poblaciones españolas, como Alcalá sin ir más lejos, en las que los santos titulares comparten patronazgo con una Virgen, y así debió de ser probablemente en el pasado, pero por alguna causa que desconozco en algún momento se debió de perder el culto a los mártires complutenses quedando tan sólo el otro, algo que tampoco es de extrañar dado lo reducido de su población... lo cual, por otro lado, no deja de ser una lástima.