Las reediciones de la colección Luchadores del Espacio



A diferencia de otras colecciones, resulta fácil constatar que tan sólo una pequeña parte de las doscientas treinta y cuatro novelas de la colección Luchadores del Espacio han tenido el privilegio de ser reeditadas, al menos en lo que respecta a las ediciones comerciales.


La Saga de los Aznar. Portada original y de la reedición de los años 70 de una de las novelas


Concretamente, y centrándonos en las que mantuvieron el formato de bolsilibro no tanto por el tamaño, que en ocasiones varió, sino en la circunstancia de publicarse en volúmenes individuales al igual que en la edición original, nos encontramos únicamente con la reedición que la propia Editorial Valenciana hizo de la Saga de los Aznar en la década de 1970, aunque en realidad el concepto de reedición queda aquí un tanto desdibujado debido a que Pascual Enguídanos reescribió en mayor o menor grado la práctica totalidad de las novelas, en especial las primeras.

Asimismo dos de los títulos originales -La ciudad congelada y Dos mundos frente a frente- quedaron sin reeditar por diversas razones, mientras un tercero -Robinsones cósmicos- se publicó fuera de su orden cronológico interno, por lo cual, pese a tratarse de un relato colateral vinculado a la Saga de una manera tangencial, en la práctica quedó desubicado.


Una de las novelas independientes reeditadas, con la portada cambiada


Por último, y para dar un respiro al autor cuando una vez terminada la reedición de las novelas originales abordó la continuación la Saga con nuevas entregas, Valenciana intercaló la reedición de varias novelas independientes suyas: El extraño viaje del doctor Main, Después de la hora final, Embajador en Venus y Las estrellas amenazan. Aunque aquí sí se trató de reediciones propiamente dichas puesto que Enguídanos no revisó los textos, o precisamente a causa de ello, el paso del tiempo entre ambas ediciones provocó la aparición de diversos anacronismos que podrían haberse evitado de haberlas seleccionado con mayor cuidado evitando aquéllas que hubieran quedado anticuadas, lo que es buena muestra del grado de improvisación con el que trabajaban estas editoriales.


Llegó de lejos y su nueva versión, La otra Tierra, adaptada a la Saga de los Aznar


Un caso particular fue el de La otra Tierra, una de las novelas pertenecientes a la continuación de la Saga que se presentó como inédita. Sin embargo, y a diferencia de las otras, Enguídanos no recurrió a un argumento original, sino que reescribió Llegó de lejos, una de sus antiguas novelas independientes, adaptándola al universo de la Saga mediante el expeditivo -y forzado, todo hay que decirlo- recurso de ambientarla en un universo paralelo al del futuro de la familia Aznar trasladando a los años setenta la ambientación de la historia, que se desarrollaba originalmente en la época en la que fue publicada a mediados de la década de 1950.

Aunque en realidad Enguídanos no hizo aquí nada distinto a la reescritura en profundidad a la que sometió las primeras entregas de la Saga, en las que incluso llegó a introducir elementos tomados de la serie de Heredó un mundo, en esta ocasión fue mucho más lejos al embutir una novela completa sin más cambios que los necesarios para poder engarzarla, aunque fuera de forma tangencial y forzada, en la trama general de su epopeya cósmica. Desde mi punto de vista la novela perdió con el cambio, aunque cabe suponer que el autor no pensara lo mismo ya que para él habría sido más sencillo reeditarla sin cambios.


Las dos ediciones de Silencio para un muerto


Fuera ya de la Editorial Valenciana tan sólo tengo localizadas dos reediciones ambas en Galaxia 2001, la colección de la editorial Andina. La primera de ellas es Silencio para un muerto, de Mortimer Cody (Antonio Vera Ramírez), publicada con el número 215 de Luchadores del Espacio y reeditada con el número 43 de esta colección. Más curioso es el caso de Un cadáver en el aerolito, número 153 de Luchadores del Espacio, de Henry Keystone (Enrique Montoro Sagristá), de la que fue publicada una versión diferente -desconozco los motivos- con el número 24 bajo el título de Llegó del espacio.


Un cadáver en el aerolito y Llegó del espacio, la versión de Galaxia 2001


Más abundantes han sido las reediciones en formato de libro, generalmente con varios títulos recopilados en un mismo volumen, o en revistas junto con otros relatos o artículos de ciencia ficción. Por su amplitud destacan sobre todo las de la editorial Silente, que procedió a reeditar la totalidad de la Saga de los Aznar, incluyendo la continuación de los años setenta, así como varias de las series cortas de Enguídanos -las de Más allá del Sol, Heredó un mundo, Finan y Bevington- y dos novelas independientes, El Atom S-2 y Embajador en Venus. Como anécdota, cabe reseñar que la reedición de la Saga estuvo acompañada también por un nutrido grupo de relatos apócrifos ambientados en su universo, escritos por aficionados y de calidad dispar dada su heterogeneidad.


Portadas de dos reediciones de Silente. Pese a lo que se indica en la
segunda de ellas, estas novelas no pertenecen a la Saga de los Aznar


La editorial Río Henares publicó en formato de libro la serie de Más allá del Sol de Pascual Enguídanos, con anterioridad a la edición de Silente, y la del Kipsedón de Walter Carrigan (Ramón Brotons Espí), así como varias novelas independientes en la revista Pulp Magazine: Misterio en la Antártida de José Caballer Caballer (Larry Winters) en el número 3, Un mundo llamado Badoom de Ángel Torres Quesada (Alex Towers) en el 5, Eratom 225 de Fernando Ferraz Fayos (Profesor Hasley) en el 6 y La barrera de las sombras de Jacobo Sánchez Artigao (A.S. Jacob) en el 8.


Portadas de las reediciones de Río Henares


Más recientemente la editorial Pulpture abordó la publicación de la obra completa de ciencia ficción de Vicente Adam Cardona (Vic Adams y V.A. Carter), dieciocho novelas en total. En el momento de escribir estas líneas ya han sido publicados los dos primeros volúmenes que agrupan a los doce títulos que fueron publicados en Luchadores del Espacio, estando pendiente el tercer tomo correspondiente a los seis bolsilibros de Espacio, de la editorial Toray.


Reedición de las novelas de Vicente Adam Cardona


Y eso es todo en lo que respecta a las ediciones, recalco, comerciales, ya que existe una más que abarca a la totalidad de ambas colecciones, los 234 números de la de los años 50-60 y los 59 de la de los años 70: 293 en total.

Pero no, no la busquen por internet ni pregunten por ella a ningún librero, porque no la van a encontrar ya que se trata de una iniciativa particular -en todos los sentidos- de Joaquín Vidal Sainz, un veterano aficionado con una larga trayectoria en el mundillo de la ciencia ficción.




Dos portadas de la edición artesanal de Joaquín vidal


Porque Joaquín no se limitó a leerse entera la colección, a escribir artículos y comentarios sobre ella e incluso a publicar dos novelas apócrifas -una de ellas compartida- ambientadas en el universo de la Saga de los Aznar; no satisfecho con todo esto, que no era precisamente poco, y dada la dificultad en conseguir los ejemplares originales que se cotizan a un alto precio -y eso cuando se encuentran- en el mercado de segunda mano, ni corto ni perezoso decidió hacerse su propia edición artesanal tipo facsímil -o casi- de la totalidad de la colección en sus dos ediciones, con una tirada digna de figurar en el libro Guinness como la más corta: un único ejemplar de cada uno de los títulos, de aquí mi recomendación de que no intenten buscarlos porque evidentemente no los van a encontrar salvo en su casa y, como cabe suponer, tampoco están a la venta.




Otras dos portadas de la edición artesanal de Joaquín vidal


Lo admirable del caso es que Joaquín llevó a cabo su labor casi en solitario a lo largo de un buen puñado de años. Cierto es que yo le ayudé copiando en formato digital los números que le faltaban y también le eché una mano corrigiendo las erratas de los textos; pero todo lo demás, incluyendo la maquetación y la meticulosa restauración de las portadas y el resto de las ilustraciones fue cosa exclusivamente suya, como también lo fue la impresión en el formato de 15×10,5 cm. típico de los bolsilibros y una encuadernación de una calidad que supera en mucho a la original, tanto en la calidad del papel, pegamento, guardas... como en la técnica utilizada en la confección de cada ejemplar.




Lomos de la edición artesanal de Joaquín vidal


Y yo, que cuando era estudiante las asignaturas de dibujo y trabajos manuales -creo que ahora lo llaman plástica- me resultaron una auténtica tortura y aun hoy sigo siendo un perfecto ejemplo de alguien negado por completo para este tipo de habilidades, les aseguro que me quedé con la boca abierta cuando me enseñó el fruto de su trabajo. Créanme, no exagero.




Vista de la encuadernación de la edición artesanal de Joaquín vidal


Así pues, sería injusto olvidar esta iniciativa a la que no dudo en calificar de quijotesca por más que a alguien le pudiera parecer no comparable con el resto. Júzguenlo ustedes mismos contemplando las fotografías de su trabajo, que bien se dice que una imagen vale más que mil palabras.


Publicado el 16-3-2020