Mis cinco libros





El retorno de los brujos

(Louis Pauwels y Jacques Bergier)

La Biblia de lo que luego se vino en denominar Realismo fantástico. Libro de difícil clasificación que cayó en mis manos quizá demasiado pronto, puesto que no conseguí entender gran cosa del mismo... pero me fascinó, induciéndome un interés por los temas malditos que me duró hasta mis años de universidad. Mitad por mi evolución hacia la madurez, mitad por la degradación del género provocada por sus cada vez más infames epígonos, acabé desentendiéndome por completo del tema, aunque quizá este libro merecería una relectura. Otro de sus méritos es que gracias a él conocí algunos relatos de gran interés como El Aleph, de Borges, o Cántico a san Leibowitz, de Walter M. Miller.


Antología de cuentos de anticipación científica

(Ed. Labor)

Una de las mejores antologías del género que conozco. Cayó en mis manos, también por la misma época del libro anterior (rondaría yo los 12-14 años) en una de mis incursiones por la biblioteca pública de Alcalá de Henares, mi ciudad natal. Aunque yo ya me había aproximado al género, mis únicas lecturas hasta entonces habían sido los bolsilibros. Esta antología fue, pues, mi primera aproximación a la ciencia ficción seria, y también me fascinó. Tanto, que no paré hasta que hace muy pocos años conseguí comprar, en una librería de viejo, un ejemplar de la citada antología, que guardo como oro en paño.


Trilogía de la Fundación

(Isaac Asimov)

Voy a hacer un poco de trampa citando tres libros en vez de uno, pero confío en que se me disculpará. Aunque ya había leído algo de Asimov, el primer libro de su famosa trilogía que cayó en mi poder (Fundación e Imperio concretamente) me dejó poco menos que fascinado, allá por los lejanos años de mi adolescencia. Huelga decir que me apresuré a comprar los dos restantes (Fundación y Segunda Fundación) en la edición de bolsillo de la extinta editorial Bruguera, y desde entonces Asimov pasó a ser por derecho propio uno de mis autores vavoritos... al menos hasta que, a lo largo de los años 80, dilapidara buena parte de su prestigio con sus mediocres novelas postreras.


2001

(Arthur C. Clarke)

Conocí la novela de Clarke mucho antes que la película, ya que salió publicada en una colección de libros de bolsillo patrocinada por Televisión Española hacia finales de los años 60. Y me gustó mucho, sobre todo por su simbólico final tan distinto, y desde mi punto de vista muy superior, al hermetismo de la película de Kubrik. Lástima que posteriormente Clarke hiciera lo mismo que Asimov, echando a perder su prestigio como escritor por culpa de unas mediocres novelas que, eso sí, debieron de rendirle pingües beneficios.


Nueva Dimensión

(Ed. Dronte)

Vuelvo a hacer trampa, porque ahora me refiero a una revista que alcanzó casi los 150 números... y no creo que peque de exageración al calificarla de mítica. Nueva Dimensión hizo mucho por el género tanto en España como en Hispanoamérica, y lo único que he de lamentar es que la descubrí justo cuando se fue a pique. Así pues, me tocó enfrascarme en la ardua tarea de rebuscar sus números atrasados por las librerías de viejo, y aún hoy tengo la colección incompleta, aunque poco a poco voy consiguiendo algún que otro de los ejemplares que me faltan.




Nota aclaratoria

Escribí este breve artículo en respuesta a una encuesta realizada por la revista argentina Axxón en la que pedía a sus lectores que indicaran los cinco libros, no necesariamente de ciencia ficción, que más habían influido en ellos. Mi respuesta como tal no se publicó, sino que fue computada en la estadística, hecha pública en el número 152 de la revista en julio de 2005, con el flamante resultado de que, de mis cinco candidatas, tan sólo la serie de Fundación consiguió ser nominada aunque, eso sí, de una manera más bien tirando a discreta.

Me encanta ser original...


Escrito el 14-6-2005 para Axxón