Los últimos Luchadores del Espacio





El día 5 de diciembre de 2018, cuando este volumen estaba a punto de ser publicado, Pilar, la hija de Vicente Adam, me llamó por teléfono para darme la mala noticia de que su padre acababa de fallecer. Fue para mí un auténtico mazazo, ya que Vicente no sólo había sido uno de mis autores favoritos cuando, todavía niño, comencé a leer ciencia ficción, sino también porque en estos últimos años pude trabar con él una sólida amistad. Descanse en paz, en el convencimiento de que el mejor homenaje que se le puede rendir será seguir adelante con la publicación de su obra por más que él, lamentablemente, ya no lo pueda ver. Por fortuna siempre nos quedará su recuerdo y a mí, personalmente, la satisfacción de haber tenido la gran suerte de conocerle.




En este segundo volumen están recogidas las seis últimas novelas de ciencia ficción que Vicente Adam publicó en Luchadores del Espacio, todas en el tramo final de la colección ya que tras la última de ellas tan sólo aparecieron otros diez títulos más.

Son, por orden de numeración, Prisión cósmica (nº 193), La Tierra no puede morir (nº 196), Cargamento para el infierno (nº 201), Cautivos de Voidán (nº 206), Ellos también son humanos (nº 216) y Puedo dominar el mundo (nº 224).

Publicadas entre los años 1961 y 1962 corresponden a la etapa de madurez de nuestro autor y, tal como es habitual en su obra, abordan diferentes subgéneros de la ciencia ficción: Space ópera (Cargamento para el infierno, Cautivos de Voidán y Ellos también son humanos), escenarios posnucleares (La Tierra no puede morir), poderes parapsicológicos (Puedo dominar el mundo) o la entonces incipiente carrera espacial (Prisión cósmica), aunque con Adam nunca se puede estar seguro del todo a la hora de hacer clasificaciones ya que acostumbraba a entremezclar elementos de uno y otro tipo con una maestría muy superior a la que era habitual en el ámbito de los bolsilibros.

Nos encontramos, pues, ante una recopilación de títulos manifiestamente ecléctica que demuestra, tal como apunté en el prólogo del volumen anterior, la intención de Adam de hacer borrón y cuenta nueva cada vez que concluía una novela, algo realmente insólito dentro del mundillo de los bolsilibros en el que, por lo general, los escritores acostumbraban a repetir una y otra vez tópicos manidos que hacían que sus obras acabaran pareciéndose unas a otras como gotas de agua. Claro está que Adam no fue en absoluto -y es una verdadera lástima- un autor prolífico, y de haber sido así sin duda habríamos podido disfrutar de obras tan interesantes como las que están recogidas en este volumen.

Aunque podría hablar mucho y bueno de cada uno de estos seis títulos, todos ellos claramente imbuidos del espíritu de la Golden Age norteamericana que ya por entonces comenzaba a llegar a España, quiero hacer hincapié en uno de ellos por el que Vicente Adam motraba especial predilección: Prisión cósmica, donde se describen de forma harto verosímil, aunque evidentemente imaginada, los orígenes de la carrera espacial norteamericana con anterioridad a los vuelos tripulados del Proyecto Mercury, lo que implica la existencia de unos trabajos de documentación previos nada desdeñables.

En realidad la histórica misión de Allan Sheppard tuvo lugar en mayo de 1961, un mes después de que lo hiciera Yuri Gagarin, mientras Prisión cósmica no fue publicada hasta el verano de ese mismo año. No obstante, hay que tener en cuenta, y el propio Vicente así me lo explicó, que él había escrito la novela varios meses antes, por lo que en la práctica se anticipó literariamente a éstos. Y pese a no acertar al cien por cien en la descripción técnica de los vuelos espaciales dado que, como cabe suponer, no poseía el don de la clarividencia, sí tuvo la habilidad, que no es poco, de esbozar de manera muy aproximada por donde irían los tiros... añadiendo de su cosecha otros elementos que en nada desmerecen de la ciencia ficción norteamericana de la época y que, por razones obvias, no les voy a revelar.

En resumen: tienen en sus manos una prueba evidente de que no toda la ciencia ficción que se publicó en formato de bolsilibro era por definición deleznable sino que, por el contrario, sabiendo buscar nos podremos encontrar con sorpresas tan agradables como ésta. Disfruten pues con unas novelas que, pese a la modestia de su formato original y a los casi sesenta años transcurridos desde su publicación, siguen estando frescas y mostrándose tan interesantes como en el día de su publicación en Luchadores del Espacio. Les aseguro que no quedarán defraudados en absoluto.


Publicado en V.A. Carter. Toda su obra de ciencia ficción II en 2018
Actualizado el 14-1-2019