Machismo



John Carter amaba profundamente a la princesa marciana -o barsoomiana- Dejah Thoris sin importarle lo más mínimo su naturaleza ovípara. Pese a su bien merecida fama de guerrero rudo y feroz Carter no era racista, no al menos en este caso concreto.

Pero en lo que no estaba dispuesto en modo alguno a transigir, era a compartir la tediosa tarea de empollar los huevos de los que habrían de nacer sus futuros vástagos.


Publicado el 13-12-2005 en el Sitio de Ciencia Ficción