La verdadera historia del paso del Mar Rojo (I)



Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y éste se secó y las aguas quedaron divididas. Entonces los hijos de Israel entraron por medio del lecho seco del mar, teniendo las aguas como muros a su derecha y a su izquierda. Y siguiéndolos, los egipcios entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo.

Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar y cuando amanecía las aguas volvieron a su lugar y cubrieron los carros y la caballería y todo el ejército de Faraón, e Israel vio a los egipcios muertos.

Y cuando Moisés llegó, tras su pueblo, a la otra orilla, se encontró allí con un ángel que le habló de la siguiente manera:

-Moisés, en el paso del Mar Rojo tu pueblo ha rebasado la duración permitida por el Servicio de Huida de Egipto Regulado (S.H.E.R.), por lo cual te extiendo este aviso de denuncia por infracción de la normativa específica reguladora del S.H.E.R. No obstante, y dado que el tiempo rebasado no ha llegado a exceder de los límites establecidos, te informo de la posibilidad de anular esta denuncia siempre que se abone en el acto un importe de cien talentos de plata.

A lo cual respondió Moisés:

-¿Cien talentos? ¡Vaya sablazo!


Publicado el 19-9-2016