Celo papal



DE PEDRO, CABEZA DE LA IGLESIA, AL OBISPO DE ROMA, VICARIO DE DIOS EN LA TIERRA


Amantísimo hermano:

Ciertamente nos complace sobremanera, tanto a todos los bienaventurados que residimos aquí como al propio Ser Supremo que sigue con interés toda tu actividad pastoral, el extremado celo que muestras en pro de una mayor gloria del catolicismo tanto allá abajo como aquí arriba, y estamos bien seguros que, de haber procedido de igual modo tus antecesores inmediatos, probablemente en estos momentos nuestra religión gozaría de una gloria aún mayor de la que disfruta en estos momentos. Es por ello por lo que te felicitamos por tu encomiable labor, por la cual te estamos sumamente reconocidos, aunque no obstante desearíamos hacerte un pequeño ruego que en nada vendría a desmerecer tu reconocido mérito: ¿No podrías moderar, siquiera temporalmente, tu desenfrenado ritmo de consagración de nuevos santos y beatos? Me gustaría que comprendieras que eternidad temporal no tiene por qué significar necesariamente disponibilidad ilimitada de espacio, por lo que espero que no te extrañará que te confiese que últimamente andamos un tanto escasos de sitio debido a la quiebra de la empresa constructora de la ampliación del Paraíso, razón por la cual nos hemos visto imposibilitados de encontrar un alojamiento digno, con harto disgusto por nuestra parte, para los nuevos residentes que nos has enviado últimamente.

No cuestionamos en modo alguno, insisto una vez más, lo acertado de tus criterios de selección, pero te pedimos tan sólo que moderes tu ritmo de beatificación y santificación al menos hasta que los proyectos de ampliación de la Eternidad, que recientemente han sido reanudados, hayan podido ser terminados. Nos desagrada profundamente no poder atender a nuestros nuevos hijos con la consideración que se merecen, pero desgraciadamente en estos momentos nos es imposible acelerar unas obras que ya se encuentran no obstante sumamente avanzadas, por lo que te pedimos únicamente que tengas un poco más de paciencia.

Esperamos que comprendas la situación y atiendas nuestra solicitud por el bien de todos.

Que la paz de Dios te acompañe.

PEDRO APÓSTOL


P.D.: Ya se encuentra terminada la rehabilitación de la Residencia Papal, que ha quedado realmente preciosa. Te recuerdo que te hemos asignado en la misma un apartamento con vistas a la Vía Láctea que estará a tu disposición el día en el que decidas reunirte con nosotros. Te aguardamos hasta entonces.


Publicado el 9-11-2005 en el Sitio de Ciencia Ficción