Centro de gravedad



Punto de aplicación de la resultante de todas las fuerzas de atracción gravitatoria ejercidas sobre un cuerpo o un conjunto de ellos. Dicho en lenguaje llano, si tomáramos un cuerpo y pudiéramos concentrar su masa en un único punto, ese punto coincidiría precisamente con el centro de gravedad. En el caso de una esfera el centro de gravedad corresponde a su centro geométrico, y en cuerpos de formas regulares o sencillas también existe una dependencia entre el centro de gravedad y los parámetros geométricos de los mismos. Si el cuerpo tiene forma irregular, la posición del centro de gravedad dependerá de la distribución de la masa del mismo.

Una consecuencia práctica y conocida del centro de gravedad es la de la flotabilidad de los barcos, regulada a su vez por el principio de Arquímedes. Para que un barco flote, es preciso que su peso sea contrarrestado por el empuje del agua hacia arriba, que debe ser lógicamente superior. Pero la flotabilidad y la estabilidad del barco no dependen únicamente de la relación entre el peso y el empuje, sino también del lugar (situado en el interior del mismo) en el que estas fuerzas se aplican, para lo que son muy importantes factores tales como la forma del barco y la distribución del peso del mismo.

Otro caso cotidiano en el que es importante el centro de gravedad es el de los coches. Dependiendo de la forma del coche su centro de gravedad estará situado en un lugar o en otro, lo cual puede ser fundamental a la hora de evitar, pongamos por ejemplo, que un coche vuelque o no en una curva. En general, cuanto más bajo esté situado el centro de gravedad (cosa que se consigue, por ejemplo, haciéndolo más ancho y más bajo, como ocurre con los coches de carreras) el vehículo será más estable. Ésta fue también la verdadera razón, independientemente de otras explicaciones inexactas, por la que en España se trazaron en el siglo pasado los ferrocarriles con un ancho de vía superior al europeo: Dado que nuestro país es muy montañoso y las locomotoras de vapor tenían que salvar fuertes pendientes, un mayor ancho de vía hacía descender la posición del centro de gravedad, lo que facilitaba el esfuerzo. Años después el tren Talgo aprovechó ese mismo principio, bajando el centro de gravedad en relación con el de los trenes convencionales con objeto de poder alcanzar una mayor velocidad sin salirse de las vías.

Dentro ya de la astronomía es preciso reseñar que en un sistema formado por dos o más cuerpos (el Sol y los planetas, o un planeta y sus satélites) el centro de gravedad no coincide exactamente con el centro geométrico del astro central, sino que se encuentra situado en un punto de la línea que une a este astro central con su satélite, a una distancia de ambos inversamente proporcional a su masa, describiendo todos los cuerpos, tanto el central como los satélites, una órbita en torno al centro de gravedad común del sistema.

Puesto que el Sol tiene una masa muy superior a la del conjunto de los planetas del Sistema Solar, el centro de gravedad en este caso, aunque no coincide como ya se ha dicho con el centro del Sol, se encuentra en el interior del mismo. El resultado es un pequeño bamboleo de éste, ya que no se encuentra completamente inmóvil sino que describe una pequeña órbita de radio (la distancia entre el centro del Sol y el centro de gravedad) inferior al radio de éste. Este fenómeno es el que han utilizado los astrónomos para descubrir planetas en otras estrellas; en realidad todavía no han podido descubrir telescópicamente a ningún planeta extrasolar, puesto que no existen telescopios lo suficientemente potentes para ello; pero estudiando con detenimiento los pequeños bamboleos de las estrellas cercanas ha sido posible deducir la existencia de estos planetas, con estimaciones bastante aproximadas de sus masas y sus radios orbitales.


Publicado el 22-7-2009