Coorbital



Se dice que dos cuerpos celestes son coorbitales cuando comparten una misma órbita. Debido a las perturbaciones causadas por la atracción gravitatoria, la coorbitalidad sólo es posible en determinadas condiciones. La más habitual es la de los troyanos, astros de pequeño tamaño situados en los puntos de Lagrange L4 y L5 del cuerpo principal, aunque también se conoce el caso de los satélites coorbitales de Saturno Jano y Epimeteo, que intercambian periódicamente sus órbitas -en realidad éstas nunca llegan a ser completamente coincidentes- describiendo sendas trayectorias entrelazadas en forma de tirabuzón a través de la órbita común.

Otro caso distinto de coorbitalidad, en esta ocasión temporal, es la detectada en algunos asteroides, también denominados cuasisatélites, que son capturados por la atracción gravitatoria de la Tierra o de algún otro planeta, entrando en resonancia orbital 1:1 con éste durante algún tiempo antes de alejarse de nuevo. No obstante la similitud de su período orbital, sus respectivas órbitas no suelen coincidir a causa de su diferente excentricidad.


Publicado el 25-9-2012