Enana blanca



Las enanas blancas son uno de los estados degenerados de la materia, junto con las estrellas de neutrones y los agujeros negros, que se producen por la muerte de las estrellas al final de su ciclo vital, es decir, cuando han consumido la totalidad de su combustible nuclear (hidrógeno y helio fundamentalmente).

Las enanas blancas son resultado del colapso gravitatorio de las estrellas de masa media, como el Sol, y pese a que sus dimensiones no son mucho mayores que las de la Tierra, su masa es similar a la solar, con lo cual su densidad media es muy superior a la de la materia normal. Ello se debe a que en las enanas blancas los átomos se encuentran comprimidos en relación con su estado normal, con los electrones mucho más cercanos al núcleo, aunque no obstante continúan existiendo como tales a diferencia de lo que ocurre en las estrellas de neutrones y en los agujeros negros, donde los átomos han desaparecido sustituidos por otros estados de la materia todavía más condensados que en las enanas blancas.

Las enanas blancas son, junto con las enanas rojas, las estrellas más abundantes en el universo, siendo la más conocida (y también la primera de su clase en ser descubierta) Sirio B, la compañera de la estrella Sirio.

Se cree que las enanas blancas acaban apagándose poco a poco, dejando como residuo final unos astros hipotéticos, todavía no descubiertos experimentalmente, denominados enanas negras.


Publicado el 7-8-2009