Juan de Arfe y Villafañe



León, 1535 - Madrid, 1603.

Hijo del famoso orfebre Antonio de Arfe y asimismo orfebre de reconocida valía, autor de notables custodias procesionales tales como las de las catedrales de Ávila, Burgos y Sevilla, entre otras.

Sin embargo, Juan de Arfe no se limitó a ejercer esta actividad artística, ya que desarrolló también una importante labor como investigador de las bases científicas del arte, haciendo especial hincapié en tareas tales como los análisis químicos. Esto le convirtió en uno de los primeros químicos modernos de nuestro país y en una de las principales autoridades de su época en temas tan importantes como el control de la ley del oro y la plata y de las monedas acuñadas con ellos, siempre con el apoyo del rey Felipe II que le encomendó el peritaje de los metales preciosos utilizados en la ceca de Segovia.

Fue autor del libro Quilatador de la plata, oro y piedras (Valladolid, 1572), el primer tratado publicado en Europa sobre esta materia, al que siguió una segunda edición muy ampliada en 1598, dividido en cinco libros dedicados a las aleaciones metálicas utilizadas en la acuñación de moneda, sus diferentes leyes, los ensayos a realizar para analizarlas, y unas tablas de pesos y medidas para valorar y calcular el valor de las monedas y de las piedras preciosas.

Otras obras suyas fueron el tratado De varia commesuración para la Esculptura y Architectura (Sevilla, 1585), en cuyos cuatro libros aborda temáticas tan diversas como las matemáticas, la anatomía humana y animal, la orfebrería y la arquitectura, con ilustraciones realizadas por su propia mano, y el Tratado de gnómica o Arte de construir toda especie de reloxes de sol (1585).

Juan de Arfe no se limitó a ser un teórico; para ampliar sus conocimientos de anatomía humana aplicados al arte, no dudó en asistir a disecciones de cadáveres, y conservaba, para su estudio, un esqueleto humano en su propia casa.


Publicado el 14-10-2013