Enrique Molés Ormella



Barcelona, 1883 - Madrid, 1953.

Farmacéutico, químico y físico, uno de los más prestigiosos de su época. Tras licenciarse como farmacéutico en Barcelona en 1905 y doctorarse en Madrid un año después, en 1907 le fue concedida una beca de la Junta de Ampliación de Estudios que le permitió trabajar en las ciudades alemanas de Leipzig y Múnich entre 1908 y 1910, doctorándose en Ciencias Químicas en la primera de ellas en 1910.

A su regreso a Madrid fue nombrado profesor auxiliar de química inorgánica de la Facultad de Farmacia, cargo que mantuvo de forma intermitente hasta que en 1927 tomó posesión de una cátedra de Química Inorgánica de la Universidad Central de Madrid, la cual mantuvo hasta 1936. Simultáneamente, se licenció en Ciencias Físico-Químicas en 1920 por la Universidad de Barcelona, doctorándose dos años más tarde en esta misma disciplina en Madrid.

En 1912 y entre 1915 y 1917 estuvo en las ciudades suizas de Zúrich y Ginebra, respectivamente, doctorándose en Ciencias Físicas por la Universidad de Ginebra, en la que también fue profesor. Los conocimientos aprendidos en Alemania y Suiza le convirtieron en el introductor de la física química en nuestro país, destacando especialmente en la determinación de los pesos atómicos de los diferentes elementos químicos.

De vuelta a España, además de ejercer como docente en la Universidad madrileña, a partir de 1931 fue también el responsable de la sección de Química Física del Laboratorio de Investigaciones Físicas dirigido por Blas Cabrera, realizando también varios viajes a diversos países hispanoamericanos.

Molés fue asimismo miembro de la la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y de varias academias extranjeras. Fue galardonado con los premios internacionales Cannizzaro, Van't Hoff y Solvay, representó a España en la Conferencia de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada celebrada en Bruselas en 1921, y organizó en Madrid, en 1934, el IX Congreso Internacional de Química Pura y Aplicada. A lo largo de su carrera científica, que no interrumpió ni siquiera en los momentos más difíciles, publicó más de 250 artículos científicos y desarrolló unafecunda labor docente. Ya en las postrimerías de su vida asumió en 1951 la secretaría de la Comisión de Pesos Atómicos de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada.

Al estallar la Guerra Civil se hizo cargo de la dirección del Instituto Nacional de Física y Química sustituyendo a Blas Cabrera, pero los condicionantes del conflicto le movieron a colaborar con el gobierno republicano siendo nombrado en 1937 director general de Pólvoras y Explosivos. Este hecho, unido a su condena explícita del bando sublevado, le forzaron a exiliarse a Francia tras el triunfo franquista, pero tras la invasión alemana del país vecino en 1941 le obligó a etornar a nuestro país, siendo detenido y encarcelado. Pese a ser liberado dos años más tarde no se le devolvió la plaza de la que había sido depurado, viéndose obligado a trabajar como asesor técnico en el Instituto de Biología y Sueroterapia (IBYS), unos laboratorios farmacéuticos privados en los cuales no tuvo posibilidad de proseguir con sus investigaciones.


Publicado el 16-1-2013