Parecido... pero no igual





Este pobre sí sufrió una disección en condiciones previa a los remiendos



Que dos palabras sean parecidas no sólo en su escritura, sino también en su significado, no quiere decir que resulten sinónimas. Por esta razón, en muchas ocasiones cambiar una por otra puede inducir a errores que acaben siendo incluso graves.

Esto fue precisamente lo que ocurrió en la edición impresa del diario 20 Minutos del 24 de enero de 2020, en concreto la correspondiente a Madrid; no he encontrado el gazapo en la digital, probablemente por tratarse de una gacetilla breve, pero puede leerse en la versión electrónica publicada en la página web del periódico, concretamente en la columna de la derecha de la página 2.

Ya un día antes este mismo periódico había publicado la noticia del desmantelamiento de dos criaderos ilegales de chihuahuas, a los que llegaron a seccionar las cuerdas vocales para que no ladraran. Hasta aquí todo es razonablemente correcto, tanto en lo que respecta al uso del verbo seccionar como al de otros sinónimos suyos, que también aparecen en la noticia, tales como cortar o amputar, si bien este último se refiere más en concreto a los miembros externos -o casi- como las extremidades superiores e inferiores, completas o tan sólo una parte de ellas, la lengua, los senos o los órganos sexuales, ya que cuando se trata de partes internas como el apéndice, la vesícula biliar o un riñón, resulta más correcto hablar de extirpación.

El gazapo apareció, tal como he comentado, en la gacetilla del día posterior, en la cual se informaba que la asociación El Refugio se presentaría como acusación en el caso de los criaderos ilegales, repitiendo de forma resumida la noticia incluido el siguiente párrafo:


“De los que se han rescatado a 270 chihuahuas, algunos de ellos con las cuerdas vocales diseccionadas para evitar que los ladridos alertasen a los vecinos.”


En realidad tenemos un dos por uno, ya que la construcción “se han rescatado a 270 chihuahuas” es incorrecta al no respetar la concordancia del plural; y eso que tenían la opción de elegir entre “se ha rescatado a 270 chihuahuas” y “se han rescatado 270 chihuahuas”, ambas correctas.

No obstante la principal metedura de pata no era ésta, sino la frase “las cuerdas vocales diseccionadas”, que no seccionadas. Sí, ciertamente los dos verbos, seccionar y diseccionar, tienen el sentido de cortar, pero esto no quiere decir que signifiquen lo mismo. En concreto, éstas son las definiciones que da de ambos el DRAE:


Seccionar: Dividir algo en secciones.

Diseccionar: Dividir en partes un vegetal o un cadáver para su examen.


La verdad es que el DRAE acaba siendo un tanto ambiguo ya que también considera diseccionar como sinónimo de disecar, un verbo cuya definición resulta contradictoria porque si bien su primera acepción es prácticamente idéntica a la de diseccionar, en la segunda se refiere a “preparar los animales muertos para que conserven la apariencia de cuando estaban vivos”, algo poco compatible con hacerlos pedazos, mientras la tercera, citada como término médico, lo describe como “cortar o seccionar”... con lo cual volvemos al punto de partida.

Existen definiciones más precisas, y también más ceñidas al uso habitual que se suele dar a ambos verbos, en otros diccionarios. Veamos, por ejemplo las que aparecen en wordreference.com:


Seccionar: Cortar, partir, hender, dividir, escindir, fraccionar, extirpar, mutilar, sajar, amputar, cercenar.

Diseccionar: Cortar en partes una planta, un animal o un cuerpo humano sin vida para estudiar sus órganos.


Así pues, al cortarles las cuerdas vocales se las estarían seccionando, ya que diseccionar tiene, como hemos visto, el significado más específico de realizar una autopsia o bien de abrir y trocear los cuerpos, algo que evidentemente no se dio -los perros, aunque mudos, seguían vivos- por más que no dejara de ser una salvajada lo que les hicieron a los pobres animales. Pero esto no evita que haya que suspender en gramática al redactor.


Publicado el 3-2-2020