Errores geográficos



No es la primera vez que me dirijo a su sección para comentar los errores de bulto en que incurren los redactores de este periódico en muchas de las ocasiones en las que escriben acerca de temas científicos; y es que, ciertamente, no acabo de entender la razón por la que un diario del prestigio de EL PAIS no presta más interés y más cuidado a esta importante faceta de la información que, afortunadamente, cuenta cada vez con más demanda en nuestro país.

A modo de muestra, voy a citarle un caso concreto (el último que he detectado) en el que se han cometido errores de bulto: Me estoy refiriendo al artículo que, con el título de “La apertura del mayor centro islámico de Europa se demorará unos meses, a pesar de estar terminado el edificio”, fue publicado el día 15 de septiembre bajo la firma de Pedro Montoliú.

En él se afirma que la ciudad de La Meca se encuentra situada a 104 grados, un minuto y 44 segundos del norte geográfico... Es decir, a 14 grados, un minuto y 44 segundos de latitud sur, lo que vendría a situarla aproximadamente a la altura del norte de Mozambique si es que respetamos la longitud real de esta ciudad, que no es mencionada en el citado artículo. En realidad, las coordenadas reales de La Meca (que pueden ser obtenidas en cualquier enciclopedia) son 21º 20’ N y 39º 45’ E tomando como referencia el meridiano de Greenwich, lo que no se parece ni por asomo a los datos que aparecen en el artículo en cuestión.

Pero aún hay más. También se afirma que los técnicos encargados de la construcción del edificio “dedicaron varios días a establecer las correcciones entre el norte magnético y el norte geográfico y a marcar hora a hora la longitud de la sombra de una varilla puesta perfectamente vertical sobre un gran tablero”. Esto podía estar muy bien en tiempos de Eratóstenes, pero hoy las cosas son mucho más sencillas: Basta con manejar los planos topográficos editados por el Servicio Geográfico Nacional (en los que, por cierto, ya vienen registradas las desviaciones existentes en ese punto entre los polos geográfico y magnético) y utilizar un teodolito; sin necesidad siquiera de recurrir a la brújula, se pueden obtener en unos pocos minutos las coordenadas geográficas del lugar en cuestión.

Además, se puede hacer el cálculo de una manera todavía más simple: Conocidas las coordenadas geográficas de Madrid y de La Meca, resulta completamente trivial realizar el cálculo del ángulo que debería formar la mezquita con los puntos cardinales para mirar directamente a La Meca; la pequeña diferencia existente entre el punto de Madrid que se toma como referencia (creo que es la puerta del Sol) y el lugar en el que se ubica la mezquita, es totalmente irrelevante si tenemos en cuenta los varios miles de kilómetros que separan ambas ciudades. Tampoco era cosa, pues, de rizar el rizo, máxime si tenemos en cuenta que los musulmanes que viven en occidente suelen tomar como referencia el sol naciente (es decir, oriente) para dirigir sus plegarias a La Meca sin necesidad de realizar antes ningún complicado cálculo matemático.


Enviada el 17-9-1989 a EL PAÍS