Música hoy



En el número 178 de EL PAIS SEMANAL aparece un reportaje sobre la música contemporánea. El autor se lamenta de la escasa implantación de este tipo de música en la sociedad actual, confundiendo al español medio con el aficionado medio, al hablar de la desalfabetización musical de nuestro país. Este señor parece ignorar que al primero de ellos le traen sin cuidado tanto Schöenberg como Beethoven; tan sólo le importa la canción del verano. Es tan lamentable como cierto.

No es verdad que a los aficionados medios, entre los cuales me cuento, les interese exclusivamente la música pretérita (que no tiene nada de despreciable, y sí mucho de sublime); esto ocurre a partir de las obras creadas posteriormente a la implantación de las tesis de la Escuela de Viena, hace de ello unos treinta años. No se trata, por otro lado, de una postura gratuita; la evolución musical, paulatina hasta entonces, se trocó en una auténtica revolución que arrasó todos los cánones válidos hasta aquel momento. Resulta inútil establecer comparaciones entre dos estéticas que resultan ser diametralmente opuestas.

Por otro lado, no deja de ser sorprendente la actitud adoptada por estos compositores frente al rechazo que sufren: según ellos, su música está dirigida tan sólo a aquellas mentes privilegiadas que son capaces de comprenderla. A mi modo de ver, resulta muy fácil camuflar la mediocridad bajo la capa de una más que dudosa genialidad que nadie, salvo ellos mismos, les reconoce.


Publicada el 21-09-1980 en El PAÍS Semanal