Maltrato informativo a Alcalá de Henares (III)



Tengo el placer de dirigirme de nuevo a usted para agradecerle su gentileza al responder a mi anterior carta así como al remitirme una fotocopia de una antigua contestación suya, en su sección dominical, a una también antigua queja mía. Sin embargo, sigo echando en falta una toma de postura por su parte, bien dándome la razón, bien quitándomela, acerca del tema que le planteaba.

Independientemente de ello, resulta cada vez más evidente la línea informativa de su periódico no sólo en lo que respecta a Alcalá, que no deja de ser en el fondo una pura anécdota, sino en todo lo referente a la información nacional; y como de muestra basta un botón, le voy a recordar no uno, sino dos, ambos referidos a informaciones originadas en mi ciudad y ambos posteriores a la remisión de mi anterior carta, los cuales han merecido una amplísima -por no decir desmesurada- cobertura informativa en EL PAIS: El asunto del practicante y el juez, y el más reciente de los paracaidistas y la discoteca. Y, aunque carezco del suficiente conocimiento de causa como para poder juzgar con la misma certeza en el resto de los casos, nada me impide pensar que la línea informativa de su periódico sea mínimamente diferente en lo que respecta a cualquier otra población española.

Por tal motivo, y sin ánimo ya de mantener viva una polémica que a estas alturas considero ya definitivamente inútil, me gustaría no obstante proponerle que transmitiera a los responsables de su periódico la sugerencia de un cambio de nombre del mismo, concretamente que pasara a denominarse EL CASO (BIS). Al menos sabríamos a qué atenernos, lo que no sería poco tal como están las cosas.


Enviada el 9-12-1991 a EL PAIS