Problemas para visitar el monasterio de Lupiana



El objeto de la presente carta es mostrar mi desagrado por la forma en la que fuimos tratados, el pasado día 15 de mayo, durante nuestra visita al monasterio de Lupiana. Para empezar, de todos son conocidas las escasas facilidades dadas por los propietarios del edificio, que tan sólo lo abren al público los lunes por la mañana, lo que implica que, la mayor parte de los visitantes, sólo podemos acceder a él en los contados días del año que reúnen la condición de ser lunes y festivos.

Aunque residente en Alcalá trabajo en Madrid, por lo cual el día 15, festividad de san Isidro, lo tuve libre, aprovechando para hacer una nueva visita al monasterio. En otras ocasiones las personas que atienden al público me trataron francamente bien y me enseñaron las distintas partes visitables, pero en esta ocasión, y tras hacernos esperar en la puerta un buen rato, con la excusa de que el día anterior se había celebrado una boda, tan sólo nos permitieron acceder al claustro, y eso de forma muy breve. Cuando la persona que me acompañaba preguntó sobre la posibilidad de ver más dependencias del edificio, nos respondieron que nos asomáramos (sólo asomarnos) al vecino jardín; pero cuando íbamos a hacerlo, una segunda persona cerró bruscamente la puerta delante de nuestras narices echándonos de muy malos modos, a pesar de que contábamos con la autorización de la primera.

En resumen: Nos marchamos de allí bastante disgustados, pensando además que no es ésta la mejor manera precisamente de potenciar los atractivos turísticos de Guadalajara.


Enviada el 17-5-2000 a Nueva Alcarria