Maniqueísmo izquierdista



Excelente, sin ningún tipo de reparos, el artículo de Rosa Montero en el que se denuncia el tradicional maniqueísmo de ciertos sectores de la izquierda, tan activos ellos a la hora de denunciar los desmanes de la derecha al tiempo que miran hacia otro lado al tropezar con los totalitarismos de izquierdas, que también existen y no son precisamente mancos.

Sin alcanzar extremos tan dramáticos como los expuestos en el citado artículo, me gustaría resaltar otro ejemplo claro y palmario de este injustificable maniqueísmo, el tradicional apoyo de ciertos sectores izquierdistas a determinados nacionalismos cuya única diferencia con los nacionalismos por ellos mismos denostados radica en que los primeros no cuentan con una cobertura estatal mientras que los segundos (los “malos”) sí, pese a la evidencia de que se trata de movimientos ideológicos afines, aunque enfrentados, y completamente alejados todos ellos, se mire como se mire, de uno de los pilares fundamentales de la ideología de izquierdas, el internacionalismo por encima de cualquier tipo de fronteras.

Huelga decir que, yendo un paso más allá, el extraño e imposible maridaje entre izquierdismo y nacionalismo propugnado por algunas formaciones políticas se me antoja como poco menos que una imposibilidad metafísica, pese a lo cual algunas de estas formaciones han conseguido un sorprendente eco en sus respectivos ámbitos territoriales y una todavía mayor, no por inmerecida menos real, capacidad de influencia política, principalmente a causa del apoyo de aquellos partidos de izquierda que, en teoría, deberían haber sido los primeros en rehusar cualquier tipo de alianza con ellos.

En resumen: Se puede ser de izquierdas o se puede ser nacionalista, pero no ambas cosas a la vez por mucho que se empeñen en demostrarnos lo contrario.


Enviada el 11-4-2007 a EL PAIS Semanal