Señor director:

Ante todo, quiero aclarar que ésta no es una carta dirigida a los lectores, y por lo tanto no está escrita con vistas a su publicación (de hecho le ruego que no la publique), sino exclusivamente dirigida a usted, en la cual quiero manifestarle mi disconformidad con la tolerancia que su periódico ha mostrado frente a los comentarios insultantes e injuriosos que me han dirigido ciertos individuos en relación con mis dos cartas tituladas “La velocidad y el tocino”, recientemente publicadas en la página web de su periódico. He tomado la iniciativa movido no por mi caso personal, ya que como respondí oportunamente no me molesto siquiera en mostrar el más mínimo interés por esas groseras faltas de educación, sino porque veo que ésta suele ser la práctica habitual de 20 Minutos.

No entiendo como un periódico que pretenda mantener un mínimo de seriedad no filtra, como hacen otros medios, los comentarios de las cartas, pero el colmo de la sorpresa ha sido comprobar que ustedes publicaban con fecha de hoy una carta, titulada “La velocidad y el tocino (II)” y firmada por un tal Rafa López, carente de la más mínima educación; aquí ya no se puede hablar de inacción por parte de ustedes, sino de publicación deliberada de la misma pese a sus insultos a mi persona. Y no me vale que me digan que se trata de un legítimo -que nunca cuestionaré- derecho de réplica, ya que yo no estoy criticando el fondo de la misma por más que pueda no estar de acuerdo con ella, sino la forma. Por el contrario yo en todo momento he respetado incluso a aquellos que me han insultado, por lo que obviamente me considero injustamente agredido.

Si en su periódico todo vale y permiten publicar cartas injuriosas, lamento decirle que me veo obligado a tomar la determinación de no volver a enviarles ni carta, ni comentario ni colaboración alguna, iniciativa que reservaré a partir de ahora para otros medios donde esta cuestión sí sea tomada en cuenta.