El “liberalismo” hipócrita del Partido Popular



Cada vez que oigo a los jerarcas del PP jactarse de su liberalismo se me revuelve el estómago. Primero, porque nada tiene que ver el verdadero liberalismo español, surgido en las Cortes de Cádiz y tenaz luchador durante el siglo XIX contra todos aquellos que se oponían a la modernización de nuestro país, con ese liberalismo anglosajón con el que en realidad pretenden identificarse, que propugna la inhibición del Estado en una hipócrita defensa de la libre competencia que a lo único que conduce, y a las pruebas me remito, es a una ley de la selva en la que el pez grande siempre se come al chico con total impunidad y sin el menor control.

Por si fuera poco, y en un alarde de descarado cinismo, resulta que estos señores son “liberales” sólo para lo que les interesa; porque luego te enteras, ¡oh sorpresa!, de que todos ellos suelen ser funcionarios en excedencia -y no precisamente auxiliares administrativos-, notarios, registradores de la propiedad... eso sin contar con que su “liberalismo” se disuelve como un terrón de azúcar en cuanto los negocios privados van mal: rescates de bancos, autopistas de peaje en quiebra, depósito de gas natural Castor, obras de ampliación del Canal de Panamá... entonces sí se acuerdan del Estado, pero para que corra a enjugar las pérdidas de sus amigos empresarios.

Eso sin contar con que sus queridas “externalizaciones” no sólo no suponen una mejora del servicio al ciudadano sino justo lo contrario y además suelen costar más caras, mientras los empleados “externalizados” se ven sometidos unas condiciones laborales y salariales mucho peores que las de los funcionarios; pero como cantaban hace años los Sabandeños, el negocio es para los intermediarios y los costes para todos nosotros.


Enviada el 23-4-2015 a 20 Minutos