Dibujos animados “peligrosos”







Decía Einstein que sólo había dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y que ni siquiera estaba seguro de la primera. Y, la verdad, es que no debía de andar muy descaminado, a juzgar por noticias como la que nos ocupa: meses atrás un grupo de personas iniciaron una campaña para pedir que se prohibiera emitir la serie de dibujos animados Peppa Pig que, como es sabido, está protagonizada por una familia de cerditos.

La verdad sea dicha ya hace tiempo que grupos similares -en el fondo, evidentemente, con independencia del pelaje- consiguieron que en Estados Unidos se prohibiera la “violencia” en los dibujos animados infantiles, arguyendo que eran peligrosos para la educación de los niños... lo cual me dejó estupefacto, puesto que a mí de crío me encantaban los dibujos de la Warner, famosos por sus trastadas, y no por ello indujeron en mí, ni en nadie de mi generación, tendencias criminales ni psicopatías de ningún tipo, al igual que tampoco lo hicieron los gamberros tebeos de la época. Pero a pesar de todo se salieron con la suya, lo que provocó que las nuevas series carentes de “violencia” acabaran siendo insulsas majaderías.

Otros ejemplos clamorosos del absurdo puritanismo anglosajón fueron las adaptaciones a los dibujos animados de cómics franceses como Tintín o Lucky Luke; en la primera el borrachín Capitán Haddock cambiaba sus lingotazos de whisky por inofensivas tazas de café, mientras en la segunda el indomable vaquero trocó el sempiterno pitillo colgado de los labios por una ramita seca. Yo, que fui lector de ambas en mi juventud y adolescencia, reconozco que ni las borracheras del bueno del capitán me volvieron alcohólico, ni el pitillo de Lucky Luke me incitó nunca a fumar.

Así pues, precedentes había. Pero mientras en los casos anteriores se podía alegar una defensa de los menores de edad contra los amenazadores peligros de la violencia, el alcoholismo o el tabaquismo -como si no hubiera sitios mucho más adecuados para aficionarse a ellos-, ¿qué tenía de malo una serie que, por lo poco que he visto de ella, no puede ser más inocente e inofensiva, por no decir tonta? Además, claro está, de fea de narices.

Pues precisamente que sus protagonistas son cerdos, un animal prohibido, como es sabido, por algunas religiones. Y aunque se podría hablar largo y tendido sobre las prohibiciones absurdas e injustificadas, prefiero centrarme en el hecho de que, por lo que yo sé, esta prohibición se limita a comerlo, algo que evidentemente no se puede hacer con los dibujos de marras.

¿Cuál es, pues, el problema? Al parecer, que algunos musulmanes bosnios, en una interpretación digamos rebuscada, llegaron a la conclusión de que hería sus sentimientos religiosos, algo a lo que sinceramente no le veo ni pies ni cabeza por muchas vueltas que le dé. Pero como la majadería es contagiosa y no entiende de religiones, me encuentro también con que una secta cristiana, de la que hasta ahora no había oído hablar en mi vida, había decidido denunciar judicialmente a los canales que emitían la serie, en esta ocasión no por inducir presuntamente al consumo de jamón y chorizo, sino porque los personajes porcinos “presentaban cabezas de formas indudablemente fálicas y nombres que remitían a zonas pudendas femeninas de manera vulgar”. Sin comentarios, aunque a sus promotores no les vendría mal pasarse por el psicoanalista de guardia.

Pero el colmo del despropósito saltó cuando la prestigiosa editorial Oxford -ya no estamos hablando de descerebrados sin ninguna tontería mejor que hacer, sino de una editorial universitaria- decidió vetar en sus libros de texto infantiles cualquier referencia al cerdo o a sus productos, con el fin de no ofender ni a judíos ni a musulmanes; lo que abarca desde la ya citada Peppa Pig hasta los peligrosos jamones y las subversivas salchichas... con lo cual, me gustaría saber cómo se las van a apañar para explicarles a los niños ingleses los ingredientes de su desayuno típico, o a los norteamericanos los de las costillas con miel.

¿Qué será lo próximo, prohibir el cuento de Los tres cerditos, los dibujos animados de Porky Pig y, si me apuran, hasta las tradicionales huchas con forma de cerdito?


Publicado el 30-5-2015