Órbita geoestacionaria



Órbita geosincrónica y a su vez ecuatorial, en la cual el período de traslación de un satélite, natural o artificial, coincide con el período de rotación del astro en torno al cual orbita y además, en virtud de su inclinación, éste se mantiene permanentemente fijo en el firmamento para un observador situado justo debajo suyo. En el caso de la Tierra, el radio de una órbita de este tipo es de unos treinta y seis mil kilómetros sobre el nivel del mar.

Las órbitas geoestacionarias son utilizadas principalmente por los satélites de comunicaciones y los meteorológicos, dado que permiten que éstos se encuentren situados permanentemente sobre un mismo lugar. Tal es su grado de ocupación que esta región del espacio empieza a estar saturada, por lo que una vez concluida su vida útil estos satélites obsoletos suelen ser retirados a otras órbitas de aparcamiento denominadas gráficamente órbitas cementerio.

Otra posible aplicación para las órbitas geoestacionarias, aunque en este caso la misma está constreñida todavía al campo de la ciencia ficción, es la de los ascensores espaciales, que básicamente consistirían en un satélite situado en órbita geoestacionaria unido a la Tierra por un largo cable, por el que se deslizarían las diferentes cargas destinadas a ser enviadas al espacio.


Publicado el 8-11-2008