Apolo-Soyuz



Misión espacial conjunta norteamericano-soviética, la primera de la historia y la única durante mucho tiempo, hasta las visitas del transbordador espacial a la estación espacial Mir o la posterior cooperación internacional en la construcción de la Estación Espacial Internacional. En realidad, esta misión estuvo motivada por razones exclusivamente políticas (se estaba intentando enterrar la Guerra Fría), aunque sirvió para ensayar un sistema de acoplamiento entre las cápsulas norteamericanas y soviéticas que podría haber sido útil en el caso de plantearse un rescate de emergencia de los astronautas de uno u otro país.

El 15 de julio de 1975 los cosmonautas soviéticos Alexei Leonov y Valery Kubasov partieron del cosmódromo de Baikonur en la Soyuz 19, y siete horas más tarde los astronautas norteamericanos Thomas Stafford, Vance Voe Brand y Donald Slayton hacían lo propio desde Cabo Kennedy a bordo de la cápsula Apolo 18, aprovechada para este vuelo después de que se hubiera cancelado el programa lunar norteamericano. Ambas naves habían sido modificadas, incorporándoseles unas esclusas que permitían, por mediación de un módulo que transportaba la Apolo, conectarlas entre sí.

Una vez que la Apolo y la Soyuz alcanzaron la órbita adecuada, se produjo el acoplamiento sin ningún incidente. Las dos cápsulas permanecieron unidas durante algo menos de cuatro días, pasados los cuales se separaron retornando a la Tierra cada una de ellas por separado. La Soyuz tomó tierra en las estepas de Kazajstán, mientras la Apolo descendía en el océano Pacífico.

Como anécdota histórica cabe reseñar que éste fue el último vuelo de la veterana cápsula Apolo, reemplazada por el transbordador espacial. La Soyuz, por el contrario, gozó de una longevidad mucho mayor, habiendo llegado con más o menos modificaciones hasta nuestros días.


Publicado el 5-11-2008