Centro o extremos



Yo tengo la teoría de que la distribución ideológica del electorado describe la forma de una campana de Gauss, como tantos otros datos estadísticos, es decir, con un máximo en la zona central -léase moderada- y unas colas cada vez más bajas por los extremos -léase radicales-. Bajo este punto de vista, si una mayoría de la población es políticamente moderada -sea de izquierdas o de derechas-, nunca he visto con simpatía que los partidos mayoritarios deriven sus políticas hacia los extremos “para contentar a los más fieles”... que suelen ser los más radicales, de uno u otro color, tanto da puesto que la curva es simétrica. Por esta misma razón, se me revuelven las tripas cada vez que oigo hablar de “la unidad de la izquierda” o de “la unidad de la derecha”, cuando para mí es mucho más importante el respeto y la tolerancia hacia el que no piensa como tú -es decir, la moderación- que el cerrilismo, por mucho que en teoría pudiera coincidir tu ideología con la del talibán de turno.

Si bien la izquierda está mejor o peor repartida entre los sectores moderado y radical -al menos en teoría, en la práctica suelen pasar cosas muy raras-, la derecha es ahora mismo un totum revolutum que sólo beneficia, como suele ser habitual, a los más extremistas. No suelen ser muchos, pero tienen mucha capacidad de incordiar, por lo que muchas veces acaban llevándose el gato al agua pese a lo exiguo de su número. Y ahora mismo está claro que este gobierno no es de derecha, sino de extrema derecha, para fastidio de toda la derecha moderada y, por supuesto, de la izquierda también moderada. En cuanto a la extrema izquierda, ya se sabe eso de que los extremos se tocan.


Publicada el 5-1-2014 como comentario a una noticia en la edición digital de EL PAÍS