Alcalá contará con una nueva catedral
Presunto ábside de la
falsa catedral
A pesar de la discreción absoluta con la que hasta ahora ha sido llevado este tema por parte del obispado y el ayuntamiento, Puerta de Madrid ha tenido acceso a una noticia de alcance que ahora se complace en ofrecer en rigurosa exclusiva a sus lectores: Gracias a una fuerte subvención concedida por la Comunidad Europea nuestra ciudad, siguiendo los pasos de Madrid, contará con una nueva catedral que vendrá a sustituir a la Magistral de los Santos Niños, la cual oficia como catedral interina desde que hace cuatro años fuera restablecido el obispado complutense.
La razón que justifica este ambicioso proyecto es obvia: La Magistral carece del empaque suficiente para oficiar de catedral de una sede con la raigambre histórica de la complutense, ya que es simplemente una buena iglesia de tantas como existen en nuestro país y además quedó prácticamente destrozada en el incendio de 1936, por lo que lo que hoy se conserva de ella tiene un valor artístico muy limitado. Conscientes de todo ello, el obispado y el ayuntamiento comenzaron hace tiempo las gestiones necesarias para llevar a cabo la construcción de un nuevo templo que reúna las condiciones requeridas.
Dada la premura de tiempo con que nos ha llegado la noticia, la cual ampliaremos convenientemente en próximos números, no nos es posible informarles en esta ocasión de una forma más detallada, aunque sí podemos comunicarles los principales puntos de este proyecto a la espera que el mismo sea hecho público íntegramente durante el próximo mes de enero una vez que los flecos del mismo estén ya terminados.
Así, podemos anticiparles que el proyecto recién aprobado contempla la demolición de la Magistral en su totalidad (excepto la cripta de los Santos Niños, la portada que da a la calle de la Tercia y la torre) y la posterior construcción en su solar de la nueva catedral, siguiendo de esta manera la tradición secular de erigir siempre los nuevos templos sobre los cimientos de los antiguos como forma de mantener el culto en el mismo lugar sagrado, en este caso donde fueron enterrados los Santos Niños. Teniendo en cuenta que la actual Magistral es la tercera o la cuarta iglesia que se levanta en el mismo lugar la idea no era nada disparatada, máxime si tenemos en cuenta que, como ya hemos comentado, el incendio de 1936 destruyó prácticamente todo el edificio a excepción de las paredes y aun éstas son de una construcción muy pobre tal como muestras las catas realizadas recientemente en la fachada, por lo que su valor artístico es en la actualidad muy limitado. Además la valía arquitectónica de la nueva catedral sería muy superior, por lo que habríamos salido ganando mucho con el cambio.
Sin embargo, este proyecto estuvo a punto de ser desestimado debido principalmente a que el obispado desea que el nuevo templo sea de un tamaño bastante mayor que el de la actual Magistral, lo que no era posible hacer respetando su orientación actual este-oeste sin proceder a una remodelación total de su entorno derribándose toda la zona comprendida entre la calle de la Tercia (que desaparecería junto con la de la Victoria y el primer tramo de Cardenal Cisneros) y la plaza de la Victoria, una operación urbanística sumamente interesante pero que ha contado con la oposición del ayuntamiento al alterarse la alineación de las calles medievales, amén de que la complejidad de las necesarias expropiaciones habría retrasado demasiado el inicio de la obra.
Por este motivo el obispado cambió de opinión optando por modificar la orientación de la nueva catedral que ahora será norte-sur con la fachada principal en lo que ahora es la plaza de los Santos Niños, la cual desaparecerá en su mayor parte excepto la zona más cercana a la calzada, en la que se construirá una lonja que dé acceso a la misma. Aunque la nueva orientación de la catedral permitirá aprovechar el terreno en el que se asientan la sacristía, el claustro (que será desmontado e instalado en el nuevo seminario de la calle de Santa María la Rica), la sala capitular y las antiguas bodegas de la Tercia, tal espacio era insuficiente para las grandes dimensiones que se quieren dar al edificio, por lo que el obispado ha conseguido la cesión, por parte del ayuntamiento, del huerto de los Leones, lo que permitirá llevar el ábside de la nueva catedral hasta la calle de Santa Catalina. En una segunda fase está también prevista la expropiación de todos los edificios particulares existentes en esta manzana, tanto en la calle de la Tercia como en Santa Catalina y Empecinado, lo cual permitiría la construcción de un museo diocesano integrado en el complejo catedralicio.
A cambio de la cesión municipal del huerto de los Leones, completamente inútil para la ciudad, el obispado entregará al ayuntamiento la huerta del palacio arzobispal, para la cual está prevista la mayor operación urbanística desde la recuperación para la universidad de los antiguos cuarteles; porque el ayuntamiento tiene previsto construir allí el aparcamiento subterráneo que tanta falta hace en el centro de Alcalá, el cual contará nada menos que con cuatro plantas y una capacidad prevista de tres mil vehículos. En el exterior se construirá un parque, dejándose una profundidad suficiente entre la superficie y el techo del aparcamiento para que puedan ser plantados árboles de gran porte. El recinto amurallado se respetará en su totalidad, aunque será preciso abrir varias puertas tanto para acceso de los peatones al parque, como de los coches al aparcamiento; no obstante, estas puertas se abrirán en los lienzos de muralla de nueva construcción, respetando las partes originales, y además estarán integrados en el entorno.
Pero volvamos a la catedral. El interior de la misma contará con tres naves y ábside inspirado en la arquitectura románica, con capillas laterales a ambos lados. Dispondrá también de coro y un órgano de grandes proporciones, y la titularidad de las capillas corresponderá a los santos más significados de Alcalá: la Virgen del Val, san Diego, san Asturio, san Fructuoso, san Vidal, san Félix, san Paulino de Nola, san Ignacio de Loyola, santo Tomás de Villanueva o san Julián, entre otros. Se reconstruirá el sepulcro del arzobispo Carrillo, destruido en la guerra civil, para ser instalado en el trascoro, y también está previsto trasladar allí el sepulcro del cardenal Cisneros que actualmente se conserva en la capilla de San Ildefonso, razón por la que el obispado ha entablado negociaciones con la universidad, propietaria de esta iglesia.
Tras muchas discusiones entre los arquitectos del obispado, que querían construir una catedral neogótica, y los técnicos municipales, que exigían un diseño contemporáneo acorde con edificios cercanos tales como la facultad de Económicas, el colegio Cardenal Cisneros o el nuevo archivo municipal de la calle de la Portilla, finalmente ha prevalecido el criterio de estos últimos, los cuales argumentaban no sin razón que esto es lo que siempre se ha hecho en la historia de la arquitectura, siendo infinidad las iglesias góticas construidas sobre templos románicos sustituidas más tarde por nuevos edificios renacentistas o barrocos. Por esta razón la nueva catedral complutense tendrá un estilo arquitectónico totalmente vanguardista a tono con las nuevas líneas urbanísticas que los técnicos municipales desean para nuestra ciudad, aunque en recuerdo de su pasado se conservarán el actual ábside (con el altar mayor, la girola y la cripta de los Santos Niños) convertido ahora en una capilla lateral consagrada a los Santos Niños, y la portada principal y la torre, que ahora quedarán en uno de los laterales de la nueva catedral.
En lo que respecta a la nueva portada de la catedral, ésta será realizada con materiales modernos (hormigón y aluminio conjuntados con poliéster y otros materiales plásticos) y, aunque las líneas de su diseño recordarán de forma idealizada las distintas etapas históricas de la iglesia complutense (romana, visigoda, mozárabe, medieval y renacentista), su estilo arquitectónico será completamente contemporáneo. La fachada contará con dos torres gemelas, situada una al lado de la otra en la esquina de la calle de la Tercia, las cuales simbolizarán a los dos titulares de la iglesia, san Justo y san Pastor. Estas torres estarán inspiradas en las madrileñas torres de KIO, en la plaza de Castilla, aunque serán rectas y no inclinadas y su altura no sobrepasará el máximo autorizado por las normas urbanísticas actualmente vigentes.
El interior del templo será diáfano y de gran luminosidad, con un diseño inspirado en el celebrado museo de arte romano de Mérida. En lugar de cúpula contará con una gran pirámide de cristal, similar a la del museo del Louvre, que además de cumplir con la misión de iluminarlo servirá para simbolizar la ascensión de las almas de los Santos Niños al cielo, para lo cual estará decorada con vidrieras alusivas a ello. El retablo del altar mayor estará construido con los materiales sintéticos más modernos, poliéster y resinas epoxi fundamentalmente, y contará con la ventaja de ser completamente ignífugo. Un sistema de conducciones subterráneo proporcionará calefacción en invierno y aire acondicionado en verano, y una instalación de hilo musical permitirá disfrutar de música ambiental de carácter religioso (gregoriano y música de Bach fundamentalmente) siempre que la catedral esté abierta, a excepción de durante la celebración de las misas, que será desconectado.
Una cuestión importante es el tiempo que se va a tardar en tener terminado el templo; recordemos que las obras de la madrileña catedral de la Almudena duraron más de cien años, lo cual es realmente demasiado tiempo. Según estimaciones del obispado, gracias a la utilización de técnicas y materiales modernos el plazo de ejecución de la catedral propiamente dicha (el museo diocesano iría en una segunda fase) podría oscilar entre diez y doce años siempre dependiendo de las posibilidades de financiación, aunque esta cuestión parece estar resuelta gracias, como ya hemos comentado, a una importante aportación de fondos procedentes de la Unión Europea. Aunque a algunos pueda parecerles anecdótico, está previsto inscribir la catedral, una vez esté terminada, en el libro Guiness de los récords como la más moderna del mundo y aquélla cuya construcción fue más rápida; se espera que de conseguirlo este reconocimiento internacional pueda servir para lograr un importante flujo de turistas, los cuales supondrían una importante fuente de financiación para el obispado.
Por todo ello la conclusión es bastante clara: De no mediar ninguna circunstancia imprevista, dentro de poco más de una década Alcalá podrá contar con una nueva catedral que estará a la altura de las mejores de España. Esperemos que sea pronto.
Aclaración en el número siguiente
NO HABRÁ NUEVA CATEDRAL
Pues no, en Alcalá no se construirá una nueva catedral ni se derribará la actual Magistral, la cual deseamos que dure todavía muchos años; se trataba tan sólo de una broma fechada -fíjense bien en el pie del reportaje- en el día de los Inocentes. Lo que no era ninguna broma, sino que fue tomado de proyectos de restauración reales publicados en el catálogo 1984-1987. Tres años de recuperar Alcalá, son las ilustraciones que acompañaban el falso reportaje, a las cuales tan sólo se les cambió el pie. Algunos de ellos han sido realizados, otros quedaron finalmente desestimados y hay incluso uno -el correspondiente al Carmen Calzado, falsamente presentado como el ábside de la inventada catedral- que todavía continúa coleando... Juzguen por ustedes mismos.
Nuestras disculpas por la broma... Y hasta el año que viene.
Publicado el 30-12-1995, en el nº 1.460 de
Puerta de Madrid
Actualizado el 7-12-2012