La audiencia de la final de la Eurocopa





El trofeo de la Eurocopa. Fotografía tomada de la Wikipedia



Vuelvo a repetirlo una vez más: no sé si los periodistas actuales, a diferencia de los profesionales de no hace tantos años, meten la pata por ignorancia o simplemente porque les da igual. En cualquier caso la consecuencia es la misma, un deterioro más que preocupante del nivel de los periódicos.

En este caso traigo a colación el artículo titulado ¿Y si España hubiese conseguido algo más grande que la Eurocopa en Alemania?, publicado el 16 de julio de 2024 en El Confidencial y dedicado como cabe suponer a la brillante conquista de la Eurocopa en la final celebrada dos días antes frente a Inglaterra. Y aunque el artículo en su conjunto estaba bastante bien, me encontré con lo siguiente:


El partido entre España e Inglaterra fue visto por 13.587.000 espectadores de audiencia media y el 78,7% de cuota de pantalla, según datos de Barlovento Comunicación. Es decir, casi ocho de cada 10 españoles vieron el partido de la final de la Eurocopa.


Nada tengo que objetar en principio a los datos de audiencia y de cuota de pantalla, pese a que tengo mis dudas de su valor estadístico real dado que se trata, o al menos se trataba hace años, de estimaciones extrapoladas a partir de un número reducido de audímetros -no llegan a 6.000- repartidos por toda España, los cuales se supone que representan al usuario medio de nuestro país. A ello se suma que sólo se consideran los televisores domésticos, cuando es sabido que en las retransmisiones de partidos de fútbol son muchos los que las siguen desde establecimientos públicos, por lo general bares, e incluso que en esta ocasión fueron muchos los ayuntamientos que instalaron pantallas gigantes en la calle, por lo cual un porcentaje no desdeñable de espectadores reales quedaron fueran de la contabilidad. Pero como no va por ahí el gazapo, aceptaremos pulpo como animal de compañía.

En realidad lo que me chirrió fue la alegre afirmación, apoyándose en los datos de audiencia, de que casi ocho de cada diez españoles vieron el partido. Porque, con independencia de la fiabilidad de estas cifras e incluso dándolas por buenas, el gazapo fue monumental por una razón tan evidente que se cae por su propio peso: tanto los trece millones y medio de espectadores como el 78,7% de cuota de pantalla se referían, como se explica en el propio párrafo, a los espectadores que en ese momento estuvieron viendo la televisión, tanto la retransmisión del partido como cualquier otro canal.

Y por si fuera poco se pasaron siete pueblos. Puesto que la población española actual es, según datos del INE referidos al 1 de abril de 2024, de 48.692.804 habitantes, el 78,7% de esta cantidad correspondería a 38,3 millones. O, si se prefiere, los 13.587.000 espectadores que presuntamente vieron el partido habrían sido el 27,9% de la población total, una proporción que no está nada mal pero ni por asomo cercana al 80%. No hace falta ser estadístico, ni tampoco un experto en la medición de audiencias televisivas, para percatarse de la garrafal metedura de pata por parte de quien lo escribió.


Publicado el 16-7-2024