Desde que en 1640, tras la secesión de Portugal, Ceuta decidiera mantenerse en la monarquía española, esta ciudad norteafricana ha recibido, al igual que su compañera Melilla, diferentes denominaciones: presidio -en la acepción de ciudad fortificada defendida por una guarnición militar, en especial las fronterizas-, plaza de soberanía y, desde 1995, ciudad autónoma.

Pero lo que nunca ha sido es una provincia, habiendo pertenecido a la de Cádiz, al igual que Melilla a la de Málaga, desde la división provincial de 1833 hasta su constitución en ciudad autónoma. Por esta razón, sorprende que en EL PAÍS de fecha 7 de octubre de 1988, cuando ya estaba previsto pero todavía no promulgado su estatuto de autonomía, Luis Manuel Aznar, para más inri periodista local y corresponsal de EL PAÍS en Ceuta, se descolgaba con este titular repetido de forma prácticamente literal en el cuerpo de la noticia, por lo que no cabe achacar la responsabilidad del desaguisado a un anónimo redactor del título poco o nada versado en geografía española:

“Ceuta es la única provincia que carece de hospital del Insalud.”

Lo cual, vuelvo a insistir, no era ni sigue siendo cierto... lo de la provincia, no lo del hospital, cuya carencia quedó resuelta hace ya tiempo.