A vueltas con el CO2
Mosto fermentando. Se
aprecian las burbujas de CO2
Fotografía tomada de
www.elcoto.com
Es de sobra sabido que la química no es precisamente el fuerte de los periodistas, y no me refiero ya a conceptos complejos sino a temas tan elementales como los que yo estudié en primaria sin tener que esperar a la universidad. Pero, claro está, el programa educativo de esta ya lejana época no tenía nada que ver, mucho me temo, con lo que se estudia, por decir algo, ahora.
Así pues, no es extraño tropezar en los periódicos, tal como reflejo en esta sección, con errores garrafales tales como tildar de tóxicos a gases como el hidrógeno, explosivo en contacto con el aire, o el metano y el CO2, asfixiantes dado que en determinadas condiciones pueden desplazar al oxígeno del aire impidiendo la respiración, sin pararse a pensar en algo tan evidente como que si el CO2 fuera realmente tóxico nos envenenaríamos con nuestro propio aliento, tomando bebidas carbónicas como la cerveza, los refrescos o el cava, comiendo alimentos fermentados con levaduras como el pan o tomando medicinas efervescentes. Hasta el bicarbonato podría resultar peligroso dado que al reaccionar con el ácido clorhídrico del estómago desprende también CO2.
Pero no, los periodistas se mantienen inaccesibles al desaliento regalándonos con perlas tales como la del artículo publicado el 8 de agosto de 2024 en El Periódico de España bajo el título Así es el tufo del vino, el asesino silencioso que más vidas se cobra en las bodegas españolas, refiriéndose a las acumulaciones de CO2 en las bodegas durante el proceso de fermentación del mosto, que en ocasiones se cobran la vida de quienes entran en ellas pero no por envenenamiento, sino asfixiados por falta de oxígeno.
Lo cual no impide que la redactora se explaye con la siguiente explicación ya en el primer párrafo:
El arranque de la siempre alegre vendimia en Castilla-La Mancha se ha visto empañado por la muerte en accidente laboral de un joven trabajador en unas bodegas de Valdepeñas (Ciudad Real). Un suceso que ha vuelto a poner de triste actualidad el tradicionalmente conocido -y temible- tufo del vino, el gas tóxico que se crea de forma natural durante la fermentación alcohólica de la uva.
Después de tan rotunda afirmación, lo divertido del caso es que explicaba correctamente la composición de este gas:
Como se ha comentado, el tufo del vino es como conoce en la industria al gas que se produce de forma natural durante el proceso de la fermentación alcohólica en el cual los azúcares de la uva, en presencia de levaduras, se transforman en alcohol etílico (etanol), generando grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2 o anhídrido carbónico). Es muy necesario en enología, porque ayuda a controlar los niveles de oxígeno, protege el líquido y es responsable, en buena medida, de la maceración carbónica del caldo. Pero es muy peligroso.
Y después de insistir en un subtítulo que se trata de un gas tóxico, remata con la siguiente afirmación asimismo correcta tomada de un manual de prevención laboral:
Si el trabajador inhala el gas, las consecuencias son inmediatas. El tufo en sí mismo no es venenoso, pero la peligrosidad radica en que en que desplaza al oxígeno, produciendo una rápida pérdida de la consciencia y, si no se produce un rescate inmediato, la muerte, bien por caídas o por asfixia, pormenorizan distintos manuales de salud laboral.
Con lo cual no se entiende que siga empeñándose con la perra de la toxicidad, a no ser que desconozca el significado de la palabra que, según el DRAE, es el siguiente:
Toxicidad: Grado de efectividad de una sustancia
tóxica.
Tóxico, ca: Que contiene veneno o produce
envenenamiento. Aplicable a una sustancia.
Siendo sinónimos suyos veneno, ponzoña, toxina, el arcaísmo tósigo... Por su parte, volviendo al DRAE:
Asfixiante: Que asfixia.
Asfixia:
Suspensión o dificultad en la respiración.
Como se ve, aunque ambas sean peligrosas se trata de cosas muy distintas no ya a nivel químico o médico, sino de puro sentido común que, al parecer, no resultaba tan común para la redactora del artículo.
Publicado el 8-8-2024