El dinopez
Estoy harto de decirlo: si los gazapos abundan en los artículos de los periódicos, en los titulares son literalmente los reyes. Y lo malo es que no se suele tratar de equivocaciones, sino de equívocos intencionados. Sí, quedan molones, pero tergiversan de tal modo el tema del artículo que a veces lamento la inexistencia de una policía especializada en perseguir estos desmanes en muchas ocasiones premeditados. Ya se sabe, no dejes que la realidad no te estropee un buen titular, y si luego el artículo dice otra cosa, correcta pero menos llamativa, pues... pelillos a la mar, porque el pinchazo con el ratón es lo que cuenta para la publicidad.
El titular que traigo hoy es un ejemplo de manual. Lo cacé en la edición digital de El Español del 1 de mayo de 2024, y no tiene desperdicio:
Así es el fósil viviente que puede llegar a los 50 años: está en peligro de extinción y es pariente de los dinosaurios.
¿Un pariente de los dinosaurios vivito y coleando? ¿Se ha hecho realidad Parque Jurásico? La reacción de cualquiera con un mínimo de interés será pinchar inmediatamente el enlace, empezando el mosqueo al encontrarnos para empezar con este subtitular:
Este pez caribeño de agua dulce fue el primer paso evolutivo de los peces a los anfibios, y hoy en día sigue entre nosotros.
¿Un pez, por muy antiguo que sea, pariente de los dinosaurios? Imagino los huesos de Linneo revolviéndose en su tumba. Porque no hace falta estar muy versado en taxonomía, ni tan siquiera en zoología, para saber que los peces no están relacionados en absoluto con los dinosaurios salvo por el vínculo común de ser vertebrados. Habrá que empezar a leer el artículo para encontrar la afirmación correcta que el anónimo perpetrador del titular cogió como Dios le dio a entender tergiversándola a su antojo:
Esta criatura vivió entre dinosaurios y, ahora, lo hace entre nosotros.
Vivir entre dinosaurios es algo muy distinto de ser pariente suyo; nosotros vivimos entre palomas, pongo por caso, y no estamos emparentados con ellas. En lo único que acierta el desafortunado titular es en calificarlo de fósil viviente, término que utilizan los zoólogos para describir a animales originarios de períodos geológicos antiguos que lograron sobrevivir hasta nuestros días sin extinguirse ni evolucionar, como es lo habitual en la mayoría de las especies, siendo así testimonios vivos de épocas desaparecidas.
Aunque podría dejarlo aquí ya que el artículo lo explica razonablemente bien, voy a puntualizar un poco más. El pez en cuestión es el manjuari, que habita en una región de Cuba y está en peligro de extinción. Presenta la peculiaridad, aparte de su sorprendente longevidad como especie, de que su vejiga natatoria ha evolucionado para convertirse en un seudopulmón, lo que le permite respirar fuera del agua.
Y a todo esto, ¿qué pintan aquí los dinosaurios, aparte de que compartieran con ellos el planeta hace ya un buen puñado de millones de años? El redactor afirma, y aquí se equivoca aunque el error es disculpable en comparación con el disparate del titular, que:
Los científicos consideran que el manjuari fue el primer paso de la evolución de los peces a los reptiles.
Lo cual no es del todo exacto, dado que el paso de los peces a los anfibios no fue a través de los peces seudopulmonados como el manjuari, sino de otro grupo diferente de peces sin relación directa con ellos de los que descienden también los dipnoos o peces pulmonados, que sí poseen verdaderos pulmones a diferencia de una vejiga natatoria modificada.
Según la paleontología, de los anfibios derivaron los protorreptiles que a su vez dieron origen a los reptiles modernos, los mamíferos y los dinosaurios, una rama de los cuales se convirtieron en los antecesores de las aves. Así pues, y aun obviando la confusión entre los peces pulmonados y los seudopulmonados, está claro que ninguno de ellos presenta el menor parentesco con los dinosaurios, al igual que tampoco lo tenemos nosotros con ellos.
Pero ¿a que queda bonito y, sobre todo, llamativo? Otra cuestión es que la ética periodística, mucho me temo, empieza a estar tan extinta como los dinosaurios.
A no ser, claro está, que quien redactó el titular estuviera pensando en la Raquel Welch espectacularmente vestida -en realidad poco- de troglodita en Hace un millón de años, donde compartía cámara con diferentes tipos de dinosaurios extintos sesenta y tantos millones de años antes de que la humanidad existiera. Pero estando ella delante, ¿qué importancia tenían estas minucias?
Publicado el 4-5-2024