Basta con echar un vistazo a los artículos de esta sección, que no es en absoluto exhaustiva, para constatar que los periodistas actuales suelen andar flojitos en geografía, no sólo la mundial sino también la española... bueno, y en otros muchos temas, pero es mejor no dispersarnos.

La perla apareció publicada en esta ocasión en la edición digital de EL PAÍS, con fecha de 14 de agosto de 2022, bajo el titular El polémico ‘youtuber’ Borja Escalona amenaza con cobrar 2.500 euros a un bar de Vigo porque no le dejó comer gratis, dedicado como cabe deducir a uno de los cada vez más abundantes gorrones digitales que, con una u otra excusa, se las han apañado para vivir del cuento.

Pero no es esto lo que quería comentar, aunque merecería un artículo en la sección de opinión, sino la ya apuntadoa falta de cultura general del anónimo autor -o autora, seamos políticamente correctos- del gazapo, sin que en esta ocasión quepa el recurso de echarle la culpa a quien escribió el título o a quien rotuló la fotografía, puesto que la metedura de pata se perpetró en el propio texto.

Como apunta el titular el incidente tuvo lugar en la ciudad gallega de Vigo, hasta aquí todo normal; pero lo que ya no lo es tanto, es que el redactor de la noticia soltara esto y se quedara tan fresco:

El martes, el creador de contenido digital se encontraba en Vigo realizando un vídeo en directo a través de sus redes sociales cuando decidió entrar a A tapa do barril, un local de la capital gallega famoso por sus empanadillas.

Un momento. ¿Vigo capital de Galicia? Vamos a ver. Antes de que se inventaran las autonomías, las cuatro capitales de provincia gallegas eran, y siguen siendo, La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra, perteneciendo Vigo a esta última. Y, una vez creada la comunidad autónoma, la capital gallega se estableció oficialmente en Santiago de Compostela.

Todavía más, con anterioridad a la actual división provincial Vigo ni siquiera figuraba entre las siete antiguas capitales gallegas, que eran La Coruña, Betanzos, Mondoñedo, Santiago, Lugo, Orense y Tuy. Vigo, por cierto, formaba parte de esta última.

¿Qué le hizo incurrir en el error al anónimo plumilla? Probablemente el hecho de que Vigo es en la actualidad la ciudad más poblada de Galicia con casi 300.000 habitantes y también su principal puerto, mientras La Coruña se queda en 250.000, Orense en 105.000, Lugo roza los 100.000 y Pontevedra en 83.000. Santiago, la capital gallega, roza también los 100.000, al tiempo que el resto de las capitales históricas cuentan con una demografía mucho más reducida: Tuy 17.000, Betanzos 13.000 y Mondoñedo tan sólo 3.500, siendo rebasadas no sólo por Ferrol y Monforte de Lemos sino también por un buen puñado de poblaciones carentes de su pedigrí.

En el caso de Vigo nos encontramos con que su crecimiento demográfico, que la ha llevado a convertirse en la decimocuarta ciudad más poblada de España y la única no capital de provincia con una población igual o superior a los 300.000 habitantes -en realidad son 293.837 según el padrón de 2021, pero se puede redondear- es muy reciente, ya que a finales del siglo XIX rondaba los 15.000 y en 1900 los 23.000, siendo a partir de entonces cuando empezó a crecer con rapidez rebasando los 100.000 en la década de 1940 y los 200.000 hacia 1970, para rozar los 300.000 -se quedó a menos de 3.000- entre 2009 y 2012 perdiendo ligeramente población en los años posteriores. Asimismo es el principal puerto gallego y uno de los principales centros económicos de esta región.

Esto explica su poca relevancia histórica -en 1842, pocos años después de la actual división provincial contaba tan sólo con 6.700 habitantes- y la razón por la que nunca llegó a ser capital de provincia, mientras en la actualidad, aunque la población de Santiago sea tan sólo la tercera parte de la de Vigo, cabe pensar que pesaría su relevancia histórica y simbólica, así como el hecho de que se encuentra ubicada en el centro de Galicia, a la hora de convertirla en la capital de Galicia.

En cualquier caso, suspenso sin paliativos en geografía española.