Desde Marte a Bilbao...





El Monte Olimpo en una fotografía de la Agencia Espacial Europea tomada de la Wikipedia



Vengo por toda la orbitilla,
con el traje espacial remangado,
luciendo la astronavilla.


Con su permiso, me voy a tomar la libertad de contarles un chiste malo variación de otro muy conocido. Están un terrestre y un marciano tomando cañas en un bar y dice el marciano:


-Porque nosotros, los de Bilbao...
-¡Pero Xjrss! -exclama sorprendido el terrestre-. ¡Si tú eres del Monte Olimpo!
-¿Acaso los de Bilbao no podemos nacer donde nos dé la gana?


Y ahora, tras pedirles disculpas, paso a mostrarles el orondo gazapo crecido en el artículo presuntamente científico Qué pasaría si pusiéramos la montaña más grande del sistema solar en la Tierra, publicado con fecha 13 de mayo de 2024 en El Confidencial. Y digo lo de presunto porque ésta es una muestra de manual de esa supuesta divulgación científica que en realidad no pasa del chascarrillo... pero ésta es otra historia que se sale de la sección.

Centrémonos pues en la metedura de pata, que habría sido digna de un sobresaliente cum laudem en la Antología del disparate. El chascarrillo va de comparar el Monte Olimpo, un gigantesco volcán -extinto, eso sí- marciano con las mayores montañas terrestres, apenas unos insignificantes cerrillos a su lado, especulando con mayor o menor acierto sobre qué ocurriría en caso de que se le pudiera trasladar, enterito y de una pieza, a nuestro planeta. En aras de la brevedad me abstengo de opinar sobre el rigor científico del artículo de marras, pero lo que me provocó una taquicardia fue la siguiente afirmación:


Si lo pusieras en España [al Monte Olimpo], ocuparía una parte enorme de la superficie del país con su diámetro de unos 620 kilómetros, lo que equivale más o menos a las afueras de Bilbao.


Hombre, Bilbao es una ciudad grande, la undécima de España con una población de 346.000 habitantes, pero que sus afueras se extiendan hasta más de 600 kilómetros es digno de un chiste de bilbaínos... y eso que por un lado tiene el mar, porque de no se así podrían ser el doble.

Ironía aparte, el disparate es de tal calibre que sólo cabe pensar en un garrafal error de redacción, ya que esos 620 kilómetros son más o menos la distancia en línea recta de Bilbao a Jaén, Murcia, Badajoz o Palma de Mallorca si ya puestos cruzamos de un salto el Mediterráneo. Un pelín exagerado, ¿no?

Lo sorprendente del caso es que el gigantesco roedor, que podría rivalizar en tamaño con Godzilla, salvó impunemente todos los filtros de la redacción sin que saltara ninguna alarma, asentando tranquilamente su madriguera en el susodicho artículo. Y todavía peor, pese a que fueron varios los lectores que lo advirtieron en tono zumbón:


“Ya saben: cruzando Despeñaperros se acaba España y empiezan los arrabales de Bilbao”.
“Efectivamente: un universo infinito y un Bilbao para contenerlo”.
“Todo el mundo sabe que el Monte Olimpo está en el extrarradio cercano a Bilbao”.
“Las afueras de Bilbao llegan hasta Sevilla, más o menos”.


A nadie de la redacción, y no sólo al desmañado redactor, se le cayó la cara de vergüenza ni movieron un solo dedo para corregirlo, de modo que el gazapón seguía triscando alegremente, ya no sé muy bien si en Marte o en Bilbao, cuando varios días después escribí el presente artículo.


Publicado el 15-5-2024