Más papistas que el papa





Alejandro Dumas, probablemente el rey de los negreros literarios



El gazapo que traigo en esta ocasión es más bien una combinación un tanto explosiva de los intentos, muchas veces forzados, de someterse a la férula de la corrección política y, probablemente, del propio desconocimiento de la lengua española. En el diario digital El confidencial de fecha 12 de julio de 2022 apareció publicado Camilleri no se acaba nunca: escribió el final de Montalbano antes de morir y ahora se desvela, un interesante artículo sobre el escritor italiano Andrea Camilleri.

Nada tengo que objetar sobre el artículo, que está muy bien, pero sí sobre la innecesaria guinda que se empeñó en añadir su autora al afirmar textualmente, refiriéndose a la prolificidad de Camilleri:


No hay muchos en el mundo (que no cuenten con una mano negra) que puedan decir lo mismo.


Por el contexto entendí que quería referirse a que Camilleri escribió todas sus obras sin recurrir a la ayuda de escritores anónimos, popularmente denominados negros por analogía con los antiguos esclavos. Pero, claro está, esto habría quedado feo conforme a lo que dictan las nuevas inquisiciones, e incluso en los Estados Unidos -a ver cuanto tardan en copiarlo aquí- han proscrito el término por considerarlo racista, sustituyéndolo por el ridículo eufemismo de escritores fantasmas. Así pues sospecho que optó por cambiarlo por el pretendidamente más inocuo mano negra sin darse cuenta de que era peor el remedio que la enfermedad ya que este término se refiere a algo muy distinto y bastante más siniestro.

Le hubiera bastado con consultar la wikipedia para darse cuenta que la Mano Negra -con mayúsculas- fue el nombre que adoptaron en el siglo XIX varias asociaciones secretas, de ideología anarquista o nacionalista, que cometieron atentados, o al menos les acusaron de haberlos cometido, en diferentes países europeos. Hubo una española que alcanzó cierto protagonismo en Andalucía durante el reinado de Alfonso XII, y también una homónima suya que a principios del siglo XX defendió en Serbia un feroz nacionalismo paneslavo, siendo uno de sus militantes el autor del asesinato del archiduque austríaco Francisco Fernando que acabaría convirtiéndose en el detonante de la I Guerra Mundial. Asimismo, la wikipedia también recoge una organización paramilitar mexicana que operó en el estado de Veracruz entre 1928 y 1943 y bandas delictivas que extorsionaban a los inmigrantes italianos en Estados Unidos a principios del siglo XX.

En resumen hay donde elegir, pero en ningún caso escritores negreros como Alejandro Dumas, Julio Verne, Ian Fleming o los españoles Manuel Fernández y González, Emilio Carrere, fray Justo Pérez de Urbel o Camilo José Cela entre otros muchos, y ni siquiera los políticos o los famosos que perpetran libros pese a ser analfabetos funcionales han estado involucrados, al menos que yo sepa, en prácticas terroristas ni extorsiones de ningún tipo. Estaba feo, por supuesto, pero no dejaba de ser un engaño a los lectores -aunque en ocasiones los negros resultaron ser incluso mejores escritores que los firmantes- y, como mucho, una explotación laboral que en algunos casos acabaría en los tribunales.


Publicado el 14-7-2022