El 7 de julio de 2019 el diario EL PAÍS publicaba un artículo describiendo un yacimiento arqueológico, ubicado en la localidad madrileña de El Boalo, en el que se habían descubierto varias tumbas visigóticas y medievales. Para empezar ya el propio titular Los bebés que sobornaron a San Pedro resultaba cuanto menos frívolo, ya que pretendía referirse al hecho de que en los enterramientos infantiles se habían encontrado unas monedas dedicadas presuntamente, según el redactor, a comprar su entrada en el cielo.

Prescindiendo del oportunismo barato del titular, que con su presunta gracieta enmascaraba la importancia del hallazgo, lo que más me escandalizó fue la garrafal metedura de pata en la que se incurría más adelante:

“De entrada, Joaquín Barrio, catedrático de Arqueología del centro, ha recubierto buena parte del yacimiento con óxido de silicato para evitar su degradación por los cambios de temperatura.”

Bien, un periodista no tiene por qué contar con conocimientos profundos de química o mineralogía, aunque esto es algo que, al menos en el extinto plan de bachillerato de 1957, que es el que yo cursé, se estudiaba en esta etapa educativa hoy obligatoria. Así pues, repasemos un poco.

Un óxido es la combinación de oxígeno con cualquier otro elemento químico; al óxido de silicio se le conoce como sílice, o cuarzo cuando está cristalizado. Por su parte los silicatos son compuestos en los que la sílice, es decir, el óxido de silicio, está combinada con otros óxidos, por lo general metálicos, siendo los más frecuentes los de aluminio, hierro, magnesio o calcio. Pueden incluir también otros compuestos químicos como el agua o pequeñas impurezas de naturaleza variada, pero no es necesario profundizar en estos temas. Lo importante, en este caso, es que los feldespatos ya están convenientemente oxidados, razón por la cual no se pueden oxidar más. Dicho con otras palabras, el término óxido de silicato es en sí mismo una redundancia.

Tengo la sospecha, aunque no puedo asegurarlo con certeza, de que el error pudiera provenir de una confusión, fruto de una mala traducción, entre los términos ingleses silicon -silicio-, silica -sílice-, silicate -silicato- o silicone -silicona- que, aunque siguen un paralelismo con sus correspondientes equivalencias en español, suelen ser confundidos con frecuencia, en especial por los periodistas. Yo sospecho que el compuesto de marras podría ser quizá gel de sílice -silica gel en inglés-, un material muy utilizado como absorbente de la humedad que, tal como su nombre indica, es una variedad de sílice, es decir, de óxido de silicio. Pero lo de óxido de silicato les aseguro que no lo había oído en mi vida.

Digo yo que, si no lo sabían, al menos podrían haber preguntado...