Suspenso en matemáticas





A los porcentajes los carga el diablo



Está más que comprobado que la incultura del periodismo actual, salvo cada vez más honrosas excepciones, es ecuménica, sin que exista ninguna disciplina que se salve del naufragio incluso a niveles del antiguo bachillerato, no me atrevo a decir del actual puesto que las sucesivas reformas y contrarreformas de las leyes educativas lo único que han conseguido, mucho me temo que de manera deliberada y conscientes, es forjar nuevas generaciones de analfabetos funcionales, o casi. Pero ésta es otra historia.

Y aquí hay un ejemplo más de los múltiples con los que nos regalan los medios de comunicación todos los días. Con fecha 30 de noviembre de 2024 apareció publicado en El Confidencial el artículo titulado La peor herencia de la Unión Soviética que se ha convertido en la pesadilla de Asia Central, en el que se denunciaba el ya conocido desecamiento del mar de Aral a causa de las irresponsables políticas hidráulicas de la extinta Unión Soviética.

En lo que respecta a este tema en concreto el artículo es correcto, pero al leerlo tropecé con la siguiente afirmación referida a Uzbekistán, uno de los países ribereños del casi desaparecido gran lago:


Pero a día de hoy, el cultivo masivo de arroz no es sostenible y cada año los productores se ven obligados a disminuir el número de hectáreas cultivadas. El año pasado se planeó una reducción del 250% de la producción de arroz en el Karakalpakistán, la zona oeste del país y una de las más agrícolas.


No hace falta ser un experto en matemáticas, ni siquiera a nivel de calle, para caer en la cuenta de que si bien un porcentaje positivo se puede incrementar en cualquier cantidad, el mayor porcentaje negativo posible es del 100% ya que éste significaría una reducción total de la magnitud considerada, es decir su anulación dado que los porcentajes no son aplicables a resultados negativos, tal como ocurre en el caso que nos ocupa con las cosechas, cuyo peor resultado posible sería no recolectar nada. Así pues, el gazapo fue de consideración.

Eso sí, éste es uno de los pocos casos que conozco en los que, a raíz de las advertencias de los lectores, el gazapo fue rápidamente corregido sustituyéndose la “reducción del 250%” por una correcta “reducción de 2,5 veces”, equivalente a un porcentaje del 40% si se prefiere expresarla en forma porcentual; aunque siguió sin quedar suficientemente claro si la reducción sería del 40%, lo que significaría que la cantidad resultante se quedaba en el 60% o si, por el contrario, se refería a que el porcentaje final descendiera hasta el 40%. Cuestión no ya de matemáticas sino de sintaxis, otra disciplina en la que los periodistas actuales tampoco suelen andar demasiado duchos.

En cualquier caso no suele ser éste el procedimiento habitual, perpetuándose los gazapos sine die sin que sus perpetradores muestren el menor interés por corregirlos.


Publicado el 30-11-2024