El huevo y la gallina
¿Por dónde se
empieza?
O el martillo y el cristal, cambiando ligeramente la redacción de la antigua paradoja, pero no la pregunta acerca de cual de estos dos utensilios debería ser el primero.
La fotografía está tomada en uno de los trenes de cercanías que suelo tomar habitualmente, y el texto que aparece en ella tiene realmente su retranca: Martillo rompecristales. Romper el cristal para acceder al martillo.
Se refiere, obviamente, a un martillo con el que poder romper el cristal de las ventanas en caso de accidente, pero aplicando a machamartillo -nunca mejor dicho- la poco afortunada redacción de la frase, podríamos pensar en la necesidad de un segundo martillo para romper el cristal que protege al primer martillo, protegido a su vez por un segundo cristal que sería necesario romper con un tercer martillo, el cual... y así ad infinitum o, cuanto menos, hasta que nos cansemos, que seguramente será bastante antes.
P.D.: Paso por alto el lamentable -y cada vez más frecuente- uso indebido del infinitivo en lugar del correcto imperativo.
Publicado el 4-6-2013
Actualizado el
22-11-2013