En Sevilla, en pleno barrio de Santa Cruz, topé con una de las típicas muestras de “efectividad burocrática” -por favor, con comillas- a la que tan acostumbrados nos tienen los que nos gobiernan o desgobiernan, en este caso a nivel municipal. Tal como puede apreciarse en la fotografía se trata de la entrada a un estrecho callejón situado en pleno barrio de Santa Cruz, el cual además dobla en ángulo recto pocos metros más adelante. Aunque es evidente que a ningún conductor en su sano juicio se le ocurriría meterse por ahí, máxime cuando lo más seguro es que ni siquiera cupiera el coche, en un más que evidente exceso de celo el ayuntamiento hispalense procedió a instalar una señal de circulación prohibida, recordando que se trataba de una zona peatonal... a la fuerza, añado yo, al menos en lo que se refiere a vehículos de cuatro o más ruedas.