Aunque ya en otro lugar he dedicado el correspondiente artículo a los pictogramas señalizadores de servicios públicos que, a causa del esoterismo de sus pictogramas, podrían llegar a inducir a confusiones potencialmente embarazosas, en este caso, fotografiado en un establecimiento público madrileño, no se puede decir que los dibujitos no se entiendan, ya que son bastante claros y convencionales.

Lo que me llamó la atención, pues, no fue el diseño de los pictogramas en sí, sino la existencia de un cuarto acompañando a los tres tradicionales que sirven para indicar el lugar adecuado para cada uno de los dos sexos, así como, en su caso, también para los inválidos. Este cuarto indicativo, según deduje, pretendía indicar que el inodoro situado tras la puerta podía ser utilizado no sólo para aliviar aguas menores y mayores, sino también para aquellos desagradables casos en los que la comida se empeña en seguir el camino opuesto al que dictamina de forma natural el proceso de la digestión... o al menos eso supuse yo, ya que no tuve necesidad alguna de utilizarlo.

Y es que bien pensado, y a pesar de que parece bastante lógico en caso de posible emergencia, me pregunto si, dado el comportamiento promedio de la fauna nocturna más allá de unos niveles de alcohol determinados, no resultará conveniente, pese a todo, indicar explícitamente el uso del inodoro para estos menesteres.