Tener buena puntería siempre resulta útil, sobre todo en determinadas circunstancias en las que su falta podría acabar acarreando consecuencias desagradables para quien llegara detrás. Precisamente eso es lo que debieron de pensar los fabricantes de este urinario, así que, ni cortos ni perezosos, optaron por incluir en él una “diana”, en forma de mosca pintada, estratégicamente situada para facilitar a sus usuarios un “disparo” certero.

Dicen los psicólogos que todos los humanos varones conservamos todavía hoy, y en mayor o menor grado, el atavismo de los antiguos instintos cazadores de nuestra especie, y algo debe de haber a juzgar por detalles como el que nos ocupa. Ignoro si con las féminas pudiera ocurrir algo similar, aunque resulta evidente que, en este caso concreto, una iniciativa equivalente resultaría innecesaria por razones obvias.