Huevos veganos
Éstos son huevos
fritos y lo demás zarandajas. Fotografía tomada de la
Wikipedia
Que haya gente con sus manías, sean éstas las que sean, es algo respetable; al fin y al cabo es cuestión suya. Pero que sean proselitistas y se dediquen a dar la lata es algo que nunca he tolerado, tanto me da que se trate de una secta religiosa o de una de esas nuevas sectas laicas que tanto han proliferado últimamente y cada vez actúan con un mayor afán inquisidor, de las cuales lo único que deseo es que me dejen en paz y se dediquen a sus manías sin fastidiar a nadie, algo que mucho me temo no debe entrar en sus planes.
Y si fuera poco tener que aguantarlos, el problema se acrecienta cuando el sector empresarial del ramo correspondiente descubre que ahí existe una posibilidad de hacer negocio; dada la tendencia a la imitación del hombre-masa de Ortega y Gasset -ya se sabe, lo de la mierda y las moscas-, y la habilidad propagandística de estas empresas para fomentar modas convenciendo a la gente de lo que se les ocurra la cosa es para preocuparse, al menos quienes no estamos por la labor de ser pastoreados junto al resto del rebaño, ya que corremos el riesgo de ver perjudicadas nuestras legítimas alternativas.
Puede que en estos momentos esté exagerando, pero como dice el refrán más vale ponerse la venda antes de que te den el golpe, porque dada la preocupante deriva de esta sociedad en decadencia no hace falta ser Casandra para pronosticar lo peor a un plazo más o menos largo, al menos para quienes a pesar de todo seguimos empeñados en ejercer la funesta manía de pensar.
Síntomas de este problema los hay a montones, pero voy a limitarme a comentar uno de ellos, el del artículo que leí en uno de los principales periódicos españoles. Ya el título lo decía todo: En busca de la receta de los huevos de origen vegetal perfectos. El artículo, traducido del inglés y firmado por un individuo de nombre anglosajón presumiblemente woke, apareció publicado, ahí es nada, dentro de la sección de Tecnología, y en él se relataban los avances realizados para fabricar huevos sintéticos a partir de proteínas vegetales; huevos batidos, puesto que a raíz de lo leído ni siquiera se habían planteado conseguir un huevo artificial con su seudoyema y su seudoclara que además supiera a huevo de verdad; pero ésta es otra historia.
Según el individuo, en los seudohuevos perpetrados hasta ahora todavía no se había logrado imitar suficientemente bien el sabor de los huevos de verdad, pero era optimista respecto a su consecución en un futuro más o menos cercano, dando incluso una apabullante explicación química de las diferencias existentes entre las proteínas vegetales y las animales y la dificultad para eliminar el sabor a hierba.
No voy a extenderme en detalles porque lo fundamental ya está explicado, aunque sí resulta conveniente reproducir esta perla cultivada que añade a continuación. Cito textualmente:
Gran parte del sabor del huevo procede de compuestos de azufre que no son necesariamente agradables para el consumidor. El huevo sabe de una forma determinada porque libera azufre al descomponerse, dice Jones. Cuando se pidió a los catadores que compararan la mayonesa sin huevo de Eat Just con la versión tradicional de huevo real, señala, al menos al 50 % no le gustó el sabor a azufre de la mayonesa de huevo real.
Esto plantea un dilema a los desarrolladores. ¿Debe tener sabor a azufre o debe tener su propio punto de vista, un sabor que desarrollen nuestros chefs? Aún no tenemos una respuesta, afirma Jones. Incluso para algo como una tortilla, dice, los desarrolladores podrían aspirar a un punto neutro en el que cualquier condimento que añadas es lo que vas a probar.
Alucinante. Es cierto que parte de las proteínas del huevo llevan azufre a través de la cisteína, un aminoácido presente no sólo en el huevo sino en otros alimentos y en la queratina del pelo y de la lana, aunque esta última es poco comestible salvo para las polillas; pero les aseguro que los huevos jamás me han sabido a azufre y sólo huelen a tal, más concretamente a ácido sulfhídrico, cuando están podridos y por consiguiente es poco recomendable comérselos. Así pues, la primera excusa no me vale y me atrevo a cuestionar la presunta cata de la empresa de marras.
En cuanto al segundo párrafo, la cosa es también de traca. Según el tal Jones, presentado con anterioridad como uno de los mandamases de Eat Just -el nombre de la empresa lo dice todo-, no sólo están intentando inventarse unos seudohuevos sino que además pretenden adaptar los gustos de los consumidores a sus mejunjes y no al contrario, e incluso conseguir que no sepan a nada para que el sabor se lo añadas a tu gusto. Alucinante.
Y de remate, el último párrafo del ¿artículo? tampoco tiene desperdicio:
En el futuro, los científicos podrían ajustar la composición de aminoácidos de las proteínas o aumentar el contenido de calcio o hierro de los huevos vegetales para satisfacer las necesidades nutricionales. En última instancia, podríamos diseñar algo mucho más sano que lo que hay ahora, afirma Bianca Datta , científica del Good Food Institute, una organización internacional sin ánimo de lucro dedicada al desarrollo de proteínas alternativas. Solo estamos empezando a ver lo que es posible.
¿Sana semejante bazofia cuando los médicos y los nutricionistas -los de verdad, no los cantamañanas- están hartos de advertir que evitemos los alimentos ultraprocesados y que elijamos siempre ingredientes naturales? Porque no hace falta ser un experto para llegar a la conclusión de que estos seudohuevos son, y lo serán todavía más más cuanto más los manipulen, la madre de todos los ultraprocesados.
Y todo este jaleo por cuestiones puramente ideológicas, por no decir fanáticas, cuando los huevos de verdad cumplen los requisitos nutricionales sin más zarandajas y tan sólo hay que pedir que la alimentación y las condiciones de vida de las gallinas sean las mejores posibles, no sólo por evitar el maltrato animal innecesario sino sobre todo en beneficio de nuestra propia salud. Porque, digo yo, antes será una persona que una gallina.
Para terminar no puedo evitar la tentación de extractar algunos de los comentarios al artículo. Por supuesto no falta el militante -son pocos, pero contumaces- que se siente encantado con el artículo, afirmando cosas tan discutibles y difícilmente demostrables como que en una cata ciega de sucedáneos y alimentos de origen animal los no veganos prefieren la opción vegana sin saberlo o que todo está cambiando y lo seguirá haciendo, hacia un mundo de respeto animal en el que nosotros los humanos demos ejemplo y dejemos de someter cruelmente a las demás formas de vida animal. Sin comentarios.
Yo, por mi parte, no pienso renunciar a los alimentos de origen animal sin tolerar que me sermoneen, ni mucho menos que me coaccionen, predicadores de cualquier laya. Lo cual no impide que coma y disfrute con los alimentos vegetales de verdad en cantidad suficiente para mantener una dieta sana, al tiempo que evito los ultraprocesados con independencia de cual pueda ser su origen, incluyendo toda esta caterva de sucedáneos y falsificaciones. Además, me gusta que las berenjenas, pongo por caso, sepan a berenjena y no a chorizo.
Excepto éste, el resto de los comentarios iban en el mismo sentido que el mío, es decir, el de la lógica:
¿Por qué perder tiempo tratando de imitar algo que ya existe, es barato y perfecto, en vez de investigar sobre algo más urgente como la contaminación por pesticidas por ejemplo?
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¿Cuánta química se necesita para conseguir fingir un huevo? No lo veo. Otro pelotazo para la industria de ultraprocesados y otro gol a la salud de las personas.
Hay pocas cosas más sanas que un huevo como alimento, completo en nutrientes y energía, sin azúcares vacíos, lo único que le falta es fibra para ser absolutamente perfecto. Pretender que se puede enmendar la plana a la naturaleza con química parece muy fantasioso, o con un enorme sesgo ideológico.
* * *
Si por lo que sea en el futuro no se pueden comer huevos, pues vale, comeremos lechugas, pero no engendros sintéticos.
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Si son vegetales no son huevos, dejémonos de falsedades.
Blanco y en botella... pero que sea de soja, no de vaca.
Publicado el 27-1-2025