Las fronteras de Madrid
Aun cuando yo mantengo la opinión de que Madrid termina en el Jarama, siendo Alcalá algo completamente distinto de un mero apéndice de la capital, sé que son muchos en la Villa y Corte los que están convencidos de la madrileñidad a ultranza de la práctica totalidad de las poblaciones de esta provincia, aun cuando no conozcan sus problemáticas propias o las conozcan francamente mal.
Ésta es, al parecer, la línea de su periódico a juzgar por el artículo publicado en la sección Vivir en Madrid el pasado día 9 de octubre. El título, Madrid se apunta a la moda del master. El tema, los cursos de este nombre organizados por la Universidad de Alcalá.
Aun cuando, vuelvo a insistir, no comparto en absoluto su concepto tan global de Madrid, entiendo que ustedes pudieran defender esta postura... si lo hicieran de una manera coherente, tanto para lo bueno como para lo malo. Todavía no está tan lejana su campaña de prensa en contra del traslado de la Fundación Jiménez Díaz a Alcalá. Entonces, para ustedes, nuestra ciudad no era Madrid, sino simplemente un destierro al que en modo alguno se podía castigar a tan prestigiosa institución.
Publicada el 10-11-1988 enDiario 16