El traslado de la Clínica de la Concepción (III)
Me dirijo a usted, en su calidad de defensor de los lectores, para comunicarle una cuestión a mi parecer preocupante que he creído detectar en la actitud del diario EL PAIS frente al problema creado por el anunciado traslado de la Fundación Jiménez Díaz al hospital de Alcalá. Así, he encontrado que EL PAIS ha venido dando una gran cobertura informativa (editoriales incluidas) al sector contrario al traslado, mientras que ha venido silenciando sistemáticamente todas aquellas cartas enviadas desde Alcalá en un intento de dar la opinión de los alcalaínos sobre este tema. Entre todas estas cartas ¿censuradas? se encontraban dos mías, pero también otra del propio ayuntamiento alcalaíno que estimo que, al menos en este caso, se trataba de una opinión autorizada y plenamente justificada. Por no recibir, no recibí ni tan siquiera acuse de recibo de mis dos cartas, hecho que sí ocurrió con algunas otras cartas mías que no fueron publicadas.
Sinceramente, se me hace muy difícil entender este desequilibrio informativo, máxime cuando con cierta periodicidad (en el número de hoy, por ejemplo, sin ir más lejos) aparecen nuevas opiniones siempre en contra y nunca a favor del traslado... Lo que no resulta ser, precisamente, un ejemplo de equidad informativa.
Al mismo tiempo, y aunque quizá peque de un exceso de suspicacia, he creído detectar un exagerado interés, de un tiempo a esta parte, por todos los sucesos ocurridos últimamente en Alcalá, sucesos que habitualmente no suelen merecer grandes alardes tipográficos y que ahora, por el contrario son tratados con un exceso de interés que bien quisiéramos los alcalaínos para noticias de nuestra ciudad mucho más importantes para nosotros.
La muerte de un presunto delincuente en el curso de una persecución policial, el incidente ocurrido entre un limpiacoches y un sargento de la brigada paracaidista, el consejo de guerra efectuado contra varios antiguos paracaidistas por vejaciones a los reclutas en el acuartelamiento que esta unidad militar posee en nuestra ciudad... Mucho ruido para tan pocas nueces, máxime si tenemos en cuenta la tradicional desidia que desde siempre ha venido demostrando EL PAIS hacia las informaciones procedentes de las distintas localidades de la provincia.
¿Está EL PAIS intentando especializarse en sucesos? ¿O desea presentar a Alcalá como una población socialmente peligrosa, como modo de demostrar lo erróneo del traslado a ella de la Jiménez Díaz? Sinceramente, empiezo a sospecharlo.
Comentada por el Defensor del Lector el 26-7-1987 en EL PAÍS