Salvados por la campana
Aunque estoy acostumbrado al maltrato informativo al que su periódico acostumbra a someter a la ciudad de Alcalá, no ha tenido por menos que sorprenderme el descaradamente descalificador comentario que su colaborador Chapete -usted sabrá sin duda quién se esconde tras tan pintoresco seudónimo- hace del documental que sobre la universidad alcalaína emitió Televisión Española hace algunos días, comentario que apareció publicado en su diario el día 4 de septiembre de 1994.
Y es que realmente es precisa una falta absoluta de objetividad para, bajo el tajante titular de Salvados por la campana, afirmar que tal documental fue uno de los más plomizos que se han podido ver este año, que invitaba a la audiencia a abandonar un aula agobiante y cargada de declaraciones serias y que los métodos fueron poco arriesgados y aburridos. Resulta realmente difícil condensar en tan breve comentario tantas descalificaciones seguidas, y desde luego la subjetividad que rezuma la presunta crítica demuestra que el tal Chapete, por la razón que sea, hace todo lo posible por descalificar a Alcalá expresando toda una sarta de opiniones personales que afectan exclusivamente a la forma del documental, al tiempo que omite por completo (y me cuesta creer que no sea intencionado) cualquier comentario acerca del fondo del mismo.
Desearía, ciertamente, tener ocasión de preguntar al señor Chapete si le gustaron los tres programas anteriores en los que Televisión Española dio botafumeiro a Gustavo Villapalos y a la falsa universidad Complutense, programas en los que se falsificó descaradamente la historia en aras de dar lustres centenarios a una universidad que, amén de no llegar a los ciento sesenta años de historia, por no tener no tiene ni un nombre que le sea propio al haberse apropiado de uno que en modo alguno le corresponde; universidad que, puestos a expoliar, no se conformó con el nombre decidiendo apuntarse con todo el descaro del mundo nada menos que siete siglos de historia ajena.
En resumen: Con comentarios tales como el de Chapete, lo mejor que podremos hacer en Alcalá será no leer su periódico.
Enviada el 25-9-1994 a ABC