Me ha sorprendido mucho que un escritor de la talla de Camilo José Cela afirmara, en el artículo titulado “Las diecisiete Alcalás españolas”, publicado en su diario el pasado martes 5 de diciembre, que Alcalá de Henares es “la supuesta cuna de Cervantes”, cuando ya en los años cuarenta el cervantista Luis Astrana Marín dejó determinado sin ningún género de dudas el origen complutense del autor del Quijote. Fruto del exhaustivo trabajo de este investigador es la monumental obra “Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra”, publicada en siete volúmenes por la editorial Reus entre 1948 y 1958. Me sorprende ciertamente que nuestro premio Nobel de literatura no conozca estos trabajos, por lo que supongo que el lapsus por él cometido se habrá debido más a un despiste que a un desconocimiento, lapsus que no obstante he creído necesario corregir.

En cuanto a los gentilicios, yo sólo conozco los de alcalaíno y complutense y no el resto; y en lo que se refiere al calificativo de borracho, amén de ser de franco mal gusto por razones obvias, la única vinculación que le encuentro con mi ciudad es la del malediciente refrán “Alcalaíno, borracho y fino”, lo que en modo alguno le convierte ni en gentilicio ni siquiera en seudogentilicio, como sabe cualquiera que conozca mínimamente a Alcalá.