Carreteras en mal estado
Hace unos días realicé un viaje por la provincia de Guadalajara, y pude comprobar que, pese a la gran mejora experimentada por la red viaria de la misma, siguen existiendo varias situaciones difícilmente explicables y, en algunos casos, incluso peligrosas. Paso a relatar las tres que aprecié.
La carretera que parte de la N-320 a la altura de Armuña de Tajuña en dirección a Brihuega ha sido ensanchada y está perfecta... Hasta la mitad del camino, ya que al llegar al desvío no recuerdo si de Valfermoso o Tomellosa, la calzada vuelve a ser la antigua, infinitamente peor y mucho más estrecha, sin que se aprecie el menor signo de obras actuales o futuras en la parte restante. Realmente no tiene sentido arreglar una carretera a medias, máxime cuando el trozo arreglado no conduce a ninguna población importante ni a ningún cruce de carreteras.
Peor todavía es lo que ocurre con el cruce en Masegoso de Tajuña de la carretera nacional 204 con la carretera comarcal de Brihuega. Se acaba de construir un puente para evitar el cruce, pero éste se ha diseñado de tal manera que, al desviarse de la carretera nacional para tomar la comarcal en la incorporación a esta última no existe la menor visibilidad, lo que resulta francamente peligroso. Sorprende tal negligencia en una obra que ni siquiera está completamente terminada, pero el hecho es así.
Otro tema irritante es el problema que se produce cuando una carretera local o comarcal penetra momentáneamente en otra provincia; aunque se trate de un tramo corto, suele ocurrir que el mismo no sea arreglado por la diputación o la comunidad autónoma correspondiente, mientras la responsable del resto de la carretera arregla su parte pero no esta otra. Éste es el caso de la carretera que discurre entre Mondéjar y Loranca, la cual atraviesa durante un breve tramo el término municipal de Pezuela de las Torres, provincia de Madrid. Son apenas dos kilómetros, pero como nadie se ha molestado en arreglar el firme, su estado actual es deplorable. Sorprende, y no precisamente de forma agradable, que la aparente incapacidad de las dos administraciones para ponerse de acuerdo castigue a los ciudadanos de forma tan gratuita, al tiempo que me hace sospechar que, en estos tiempos en los que en la Unión Europea se están suprimiendo las fronteras, algunos políticos autonómicos y locales parecen estar empeñados en implantar las suyas propias.
Enviada el 28-11-1999 a Nueva Alcarria